San Telmo se recupera sin aliento
Cerca de diez mil personas visitan la sede de la Junta, el palacio restaurado por el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra La crisis desluce la rehabilitación del mejor ejemplo del barroco civil andaluz
SEVILLA.Actualizado:El palacio de San Telmo, la obra más excelsa del barroco civil andaluz según los historiadores, concebida hace cuatro siglos como escuela para marineros, se dispone a echar amarras como sede definitiva del Gobierno de la Junta de Andalucía en medio de un temporal de críticas y sin mucho aliento, ni siquiera de quienes encargaron su recuperación. Las aguas de la crisis están más revueltas que nunca. La oposición ha abierto su particular caja de truenos para recibirle con un maremoto de reproches por el coste de la rehabilitación (46,6 millones de euros), que ha recuperado un edificio violentado por sus diferentes usos.
Durante nueve días, en torno a diez mil personas han podido recorrer sus salas, patios y jardines. Hoy es el último día de las visitas organizadas para diluir que este monumental recinto sea sólo para «disfrute de unos pocos» -el presidente, la consejera de Presidencia y 300 funcionarios-, según la oposición.
El despacho del presidente, con ventanales que dan a un jardín, está vacío, sin muebles todavía. Los visitantes recorren silenciosos la estancia pintada de azul pavo, miran al techo de madera, luego admiran el dorado de la sala del Consejo de Gobierno del que pende una lámpara de cristal; bajan por la escalera imperial y recorren las galerías del patio porticado central, con palmeras aún apuntaladas, hasta adentrarse en la pequeña y hermosa capilla de retablos dorados. Allí Ana, licenciada en Bellas Artes, y Antonio, historiador de Arte, empleados del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), explican los detalles de esta capilla fechada en el XVIII y con añadidos en el XIX.
Travesía accidentada
Los visitantes están en el corazón de la zona histórica de San Telmo, la que la Junta se propone seguir abriendo al público con visitas guiadas a partir de otoño. Luego el recorrido sigue por un laberinto de pasillos blancos y patios de mármol rojo de nuevo diseño; o desemboca en otros de arcadas barrocas de tonos blancos o grises. Sin apenas darse cuenta, han recorrido cuatro siglos de historia del edificio. Un trazado dirigido por el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra basándose en la tercera vía en política de rehabilitación, la que huye tanto del mimetismo historicista como de su extremo opuesto. Vázquez Consuegra ha apostado por «una continuidad pacífica entre lo nuevo y lo viejo», según ha explicado.
Un trabajo arduo dada la complejidad del edificio lleno de añadidos y mermas de todas las épocas fruto de su accidentada travesía, como un barco a la deriva bamboleado según cada tiempo y patrón. San Telmo es el patrón de los navegantes. Leonardo de Figueroa diseñó un edificio rectangular de cuatro torres y una exuberante portada, del que él y sus hijos sólo llegaron a realizar la carcasa, la capilla y algunas dependencias. El duque de Montpensier, lo compra en 1849 y fue quien construyó el salón de los espejos como recinto para baile en la época en que convirtió Sevilla en una corte paralela a Madrid, además de completar fachadas (como la de Palos, con esculturas de Susillo) y torres laterales. Su esposa lo deja como legado a la Iglesia tras su muerte(1897) y cede a la ciudad de Sevilla los jardines, hoy parque María Luisa.
La Iglesia instala el seminario en 1901y reforma el edificio construyendo celdas y aulas. La cesión a la Junta se produce en 1989, siendo presidente José Rodríguez de la Borbolla, que lo convierte en sede de la Presidencia. La Iglesia no abandonó parte del edificio hasta entrado este siglo, con Chaves de presidente, quien encarga a Vázquez Consuegra una rehabilitación integral. Cinco años han durado las obras. El arquitecto ha demolido añadidos, devuelto a su estado original la fábrica barroca y la neobarroca de los Montpensier, y ha aportado creaciones, como los patios de mármol y los espejos del salón de este nombre, a los que ha unido con un halograma del río Guadalquivir.
No consta todavía ninguna foto de ningún miembro del Gobierno, tampoco del presidente, en las dependencias a las que se trasladarán tras el verano. La presentación de San Telmo se hizo coincidir con la visita de Griñán a Portugal. Ha habido críticas como la inclusión de lámparas de diseño suizo que, según la oposición cuestan 8.000 euros y el arquitecto dice que 2.000; o el uso de mármol de Carrara para reponer los que ya había en la parte histórica.
La polémica, alimentada con la crisis y el millón de parados en Andalucía, ha deslucido la recuperación de este edificio para el que el PP pide que se le dé un uso museístico. Arenas ha anunciado que si gana en 2012 no lo utilizará como sede de la Presidencia. El Gobierno defiende que se ha rehabilitado para uso administrativo y que dicha propuesta es «demagógica», ya que costaría mucho más adecuarlo a museo. «¿En museo de qué, de figuritas de porcelana?», le contestó Griñán.