Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Economia

La Fiscalía de Nueva York investiga si la Banca engañó a las agencias de calificación

Trata de averiguar por qué las entidades de 'ratings' certificaron la solidez de bonos montados sobre la base de 'hipotecas basura'

MERCEDES GALLEGO
NUEVA YORK.Actualizado:

La justicia le pisa los talones a Wall Street por su papel en la crisis. Hasta ahora lo hace a golpe de demanda civil, que es como se mueven las cosas en EE UU, pero la investigación del fiscal de Nueva York, Andrew Cuomo, todavía podría adquirir forma criminal. Según 'The New York Times', ocho bancos están bajo sospecha de haber engañado a las agencias de calificación.

Desde que se desplomó la baraja de naipes que habían montado con las 'hipotecas basura', Cuomo se ha estado preguntando por qué agencias prestigiosas como Standard & Poor's, Moody's Investors Service y Fitch habían dado altas calificaciones de solidez a bonos montados con productos 'subprime' que acabaron ocasionando grandes pérdidas. El rotativo neoyorquino le dio algunas pistas el mes pasado con un reportaje sobre las maniobras de ingeniería financiera con las que los grandes bancos de inversiones engañaron a medio mundo.

El superfiscal con ambiciones políticas, que aspira a seguir los pasos de su padre como gobernador de Nueva York, ha encontrado también pistas de lo que llama «la puerta giratoria». Por ejemplo, el gigante de inversión Goldman Sachs, que ya se enfrenta a una demanda civil del Gobierno federal por haber engañado a sus inversores, reclutó en 2005 a un empleado de la agencia de 'ratings' Fitch, cuyos amigos en la antigua empresa estuvieron a cargo de evaluar los productos financieros de Goldman. Por esas mismas fechas otros tres empleados de esa agencia fueron fichados por otros tantos bancos de inversión, de entre los que destaca Deutsche Bank. Para lograrlo ofrecieron a los empleados de la agencia contratos millonarios que superaban con creces sus sueldos.

Goldman Sachs niega que haya intentado amañar el proceso de cuya independencia dice depender, como rechazó también las acusaciones del organismo regulador de la Bolsa, SEC, con el que ahora negocia un acuerdo. Según éste, Goldman aseguró a sus inversores que un organismo independiente seleccionaba las hipotecas con las que se elaboraban los bonos de deuda colateralizada que les vendía, cuando en realidad lo hacía una empresa que amasó una fortuna apostando a que esos valores se hundirían. 'The Wall Street Journal' afirmaba el miércoles que Morgan Stanley también está siendo investigado por ese motivo, pero la empresa dice no haber sido avisada por el Gobierno federal.

Quienes sí recibieron ayer las citaciones judiciales del fiscal de Nueva York son los ocho bancos bajo sospecha de haber manipulado los 'ratings'. A Goldman Sachs, Morgan Stanley y Deutsche Bank se les unen en este viaje a los tribunales UBS, Citigoup, Credit Suisse, Crédit Agricole y Merrill Lynch, este último ahora en manos de Bank of America.

Tras las citaciones de la Fiscalía, tres portavoces de las entidades afectadas declinaron comentar el asunto mientras otros no atendieron las peticiones del diario. Un portavoz de Goldman Sachs, Samuel Robinson, afirmó que «cualquier sugerencia de una inapropiada influencia sobre las agencias de calificación carece de fundamento. Dependemos de la independencia de las agencias de calificación».

Las investigación emprendida por la Fiscalía de Nueva York corre paralela a otras emprendidas por distintos organismos acerca del papel que las agencias de calificación tuvieron en los años previos al estallido de la crisis de las 'hipotecas subprime'.

Así, el mes pasado un subcomité de investigación del Senado de Estados Unidos dio a conocer una serie de correos electrónicos intervenidos a diversos trabajadores de Wall Street, de los que se desprendía que la práctica por parte de los bancos de presionar a las agencias de calificación para obtener siempre buenas calificaciones para sus productos financieros estaba bastante extendida. Otros elemento de la investigación es determinar el grado de conocimiento que tenían las direcciones de los bancos investigados sobre el alza de la calificación de sus productos financieros por parte de las agencias.