LAS EXPLICACIONES

Todas las curiosidades son malsanas y no conforme con eso padecen insomnio. Se conoce que les remuerde la conciencia de los demás. Al parecer hay muchos españoles desvelados por el patrimonio del presidente del Congreso, el afortunado señor Bono, que a parcial semejanza con el marqués de Bradomín, es guapo, católico y sentimentalmente socialista. ¿Qué ingredientes de envidia hay en la inspección? Sus entrañables enemigos políticos indagan, con gran maldad, la procedencia de sus bienes, pero hace un mes que él envió una carta a Rajoy detallando su patrimonio. Si éste no le ha contestado no debe extrañarle a nadie; quizá no le haya dado a tiempo a leerla entera y vaya por la mitad.

Es tiempo de pedir explicaciones, especialmente de las cosas inexplicables, pero en cierta medida esa demanda ha existido siempre. Era yo casi jovencísimo cuando en el llamado 'saloncillo' del Teatro Lara, en ocasión del estreno de Benavente de 'Una señora', irrumpió un muchacho entusiasta con una foto del gran dramaturgo. «Póngame 'en recuerdo de una noche inolvidable», le dijo, facilitándole la dedicatoria.

-Bueno, bueno, yo se lo pongo. Allá usted con las explicaciones.

En el entreacto ya había circulado un epigrama: «Don Jacinto ha estrenado 'Una señora' y es lo que dice la gente: ya era hora, ya era hora». La envidia y las calumnias son cosas que se han dado siempre, aunque nos cuenten el camelo bíblico de Caín y Abel, que si llegan a cobrar derechos de autor se inflan a ganar dinero. Ojalá se aclare todo y resplandezca la mentira. Más difícil que justificar un súbito capital es encontrarle alguna justificación a llevar más de sesenta años trabajando y no tener ni un euro, ni un 'bonoconvertible', ni un chalé en Toledo, ni un piso en Madrid. Le ocurre a casi todos los españoles.