SENTIR LOS COLORES
Actualizado:Esa expresión tan utilizada siempre desde hace mucho tiempo no tiene el mismo significado que antes, al menos para mí. El fútbol ha perdido tanto el romanticismo que ya no se sienten los colores. Ahora lo mínimo que se le puede pedir a los futbolistas es que sean profesionales y que lo den todo por la empresa (equipo) que le paga. A veces esa profesionalidad se confunde con identificarse con una camiseta. Y es que el amor incondicional a unos colores, eso por desgracia, ya no se lleva. Cuando oigo decir que fulanito o meganito es cadista, no puedo menos que esbozar una sonrisa, ya que fulanito o menganito sigue aquí, a lo mejor, porque no tiene otra cosa o porque por lo que le ofrecen en otro sitio no merece la pena mudarse. Que no es que me parezca mal que no sienta los colores de una manera casi altruista. La vida actualmente es así y así hay que aceptarla. Pero digo esto, porque cuando se habla de sentir los colores en el Cádiz siempre se ha puesto como ejemplo a Jesús Velázquez, y con razón, ya que ese puede ser el último gran ejemplo en el equipo amarillo de amor a unos colores. Pese a no estar ya en el plantel cadista, ayer en la tertulia de Punto Radio volvió a dejar muestras de lo que le duele este escudo y esta camiseta. Llegó a afirmar, y varias veces además, que si tuviera dinero pagaría por jugar en el Cádiz. Aunque pueda parecer una frase dicha a la ligera y para alegrar los oídos de más de uno, los que conocen a Jesuli saben que lo dice de corazón. Ya en su etapa como profesional en el Cádiz dio más de una muestra de cadismo, por lo que las palabras de ayer no son nada oportunistas. Velázquez, habla con el corazón, como puede hablar cualquier aficionado cadista. De esos que dicen en más de una ocasión que como le toque la primitiva compra el Cádiz. Hace años dije por escrito del lateral que era la prolongación de la grada en el césped, y después de lo de ayer, me reafirmo.
Y punto.