Los pijos de Chelsea recuperan su gloria gracias al multimillonario Al Fayed
HAMBURGO. Actualizado: GuardarPara los hinchas del Fulham, el club londinense más antiguo entre la élite, el vecino Chelsea del magnate ruso Roman Abramovich es el nuevo rico del barrio. Entienden que, por muchos títulos que consigan y figuras que contraten, nunca echarán raíces en el barrio. No alcanzarán ni la clase, ni el estilo, ni la tradición de los 'cottagers', fundados hace 131 años y en disposición de poder alcanzar al fin su primer título europeo.
«Somos del distrito de Hammersmith y nuestro vetusto estadio, un ejemplo arquitectónico, se encuentra en una de las zonas más caras de Chelsea y de la capital», presumen los fieles del distinguido Fulham. Son acomodados de cuna pero manejan uno de los presupuestos más bajos de la Premier y carecen de jugadores de renombre, salvo Zamora.
Mucho criticar el método de Abramovich pero, ciertamente, la inesperada gloria del Fulham sería impensable si el multimillonario egipcio Mohamed Al Fayed, que el pasado fin de semana vendió los grandes almacenes Harrods a la familia real de Qatar por 1.740 millones de euros, no hubiera adquirido el club en 1996. Desde entonces, ha gastado cerca de 250 millones en más de 120 fichajes.
El simpático equipito de barrio había tocado fondo. Iba penúltimo en la tercera y última división profesional inglesa y venía de perder con el colista. Incapaz de obtener un pasaporte del Reino Unido pese a levantar algunas instituciones de lo más británicas, Al Fayed se tomó muy en serio el fútbol como plataforma social y publicitaria. Acudió al rescate del Fulham y se comprometió a conducirlo hasta la exclusiva Premier en cinco años.
No necesitó tanto tiempo. Ahora, ya en la Premier, busca otro objetivo: consagrarse en Europa.