LIMITADO Y LENTO PLAN DE APOYO
Actualizado:A finales del pasado año, Zapatero recibió a las diferentes organizaciones agrarias y acordó la puesta en marcha de un Plan de Acción para el sector. Los principales ejes de este plan se debían basar en medidas financieras, promoción del consumo de determinados productos, resolución de los graves problemas generados a las interprofesionales agrarias por la Comisión Nacional de la Competencia, la trasparencia y la vigilancia de la cadena comercial o el ajuste de las tarifas eléctricas para el sector agrario. A comienzos de marzo se adoptaron una serie de acuerdos relacionados con medidas financieras, como fueron la prórroga de dos años en los préstamos, el aval de créditos y facilitar el acceso al crédito.
A pesar de ello, la existencia real de un Plan de Acción se sospecha inexistente. El Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, al igual que otros ministerios, están en plena etapa de reorganización de recursos humanos y financieros. Algunos se plantean que en esta difícil situación global hay que ser pacientes. Hay que recordar que la subida del paro agrario ha rozado el 17 por ciento en este primer trimestre, con respecto al mismo periodo del pasado año. El sector necesita agilidad a la hora de poner en marcha acciones y muchas de ellas todavía están en el limbo. El tema de los precios continúa siendo uno de los más complejos caballos de batalla con los que tiene que lidiar el campo. La fuerte presión a la baja que las grandes superficies han realizado sobre los alimentos, ha supuesto un beneficio para el consumidor; pero no para el productor, que ha tenido que reducir sus precios de venta sin poder ajustar sus costes en la misma proporción. En la distribución, los precios de venta también han bajado, pero uno de los principales inputs, como es la adquisición de producto, sí ha podido ser adaptado. No debe ser el sector agrario quien pague la mayor parte de la factura de una cesta de la compra más accesible.