DONDE LAS CALLES NO TIENEN NOMBRE

JEREZ 2002-2013

Para la celebración del Año Internacional del Flamenco hay muchos frentes abiertos, con el 'espejo' de los Juegos Ecuestres MundialesLa Junta ha ofrecido a sus empleados de Justicia trabajar horas extra por la tarde; quizá debería haberlo hecho con parados

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Esta semana que dejamos atrás han pasado cosas más allá del perímetro del parque González Hontoria, y ha habido dos noticias especialmente llamativas, como son la bajada de las cifras locales del paro -ya era hora- y la firma del acuerdo con el Ministerio de Cultura para dar un impulso definitivo a la Ciudad del Flamenco.

Con este último asunto y la celebración en 2013 del Año Internacional del Flamenco, promovido y organizado desde Jerez, hay todavía demasiados frentes abiertos. El proyecto de la Ciudad del Flamenco, con un diseño por parte de uno de los estudios de arquitectura -Herzog & De Meuron- más prestigiosos del planeta y un presupuesto de 60 millones de euros, es una frivolidad para Jerez si no se plantea desde ya una estrategia de sacar verdadera rentabilidad a este asunto.

Solar con jaramagos

Es triste que el solar donde tenía que haberse levantado el edificio haya sido durante estos últimos años un aparcamiento lleno de jaramagos, sí. Pero más triste sería que hiciésemos realidad el complejo con el único objetivo de tener algo que inaugurar en el año 2013.

¿Qué va a pasar después con la Ciudad del Flamenco? ¿Va a ser realmente el catalizador que haga de esta expresión cultural un verdadero motor económico para Jerez? Si no es así, estamos perdiendo tiempo y dinero.

No suelo ser 'pájaro de mal agüero', pero cuando hablo de Jerez 2013 no puedo evitar pensar en Jerez 2002. Los Juegos Ecuestres Mundiales, que con tanto boato y bombo se celebraron en Jerez, no sirvieron para relanzar el negocio del caballo en nuestra ciudad, que sigue siendo muy parecido al que ya había antes y que no es suficiente sustento para la que se hace llamar 'ciudad del caballo'.

Es más, los Juegos nos dejaron infraestructuras, de acuerdo, pero también las facturas impagadas de Chapín o el Palacio de Deportes, y decenas de acreedores -muchos de ellos pequeñas y medianas empresas de Jerez- que tardaron años en cobrar por los trabajos que realizaron. Lo digo porque podemos tropezar de nuevo con la misma piedra, y no está el horno para bollos.

Ya hemos sido demasiadas veces 'ciudad de'. Del deporte, del vino, de los caballos. sin olvidar iniciativas que, de momento, siguen durmiendo el 'sueño de los justos', como la Ciudad de la Justicia o la Ciudad de los Mayores. Muchos nombres y muy pocas nueces.

Todas estas dudas me asaltan cuando hablamos de Jerez 2013. Queremos conmemorar desde nuestro rinconcito el Año Internacional del Flamenco, cuando hoy día, a sólo tres años vista, los 'guiris' y nuestros visitantes son incapaces de encontrar un tablao en Jerez, ni siquiera un fin de semana, para poder escuchar un poco de flamenco en directo. O cuando el otro día se me quejaba un señor en plena Feria del Caballo de que le resultaba muy difícil encontrar una caseta donde pusieran un ratito de bulerías.

Hay que empezar la casa por los cimientos, vertebrar este asunto, pensar en clave empresarial y convertir el flamenco en algo rentable para la ciudad, sin necesidad de robarle su identidad y su embrujo. No se trata de eso, sólo de poner un poco de orden en la casa del compás.

Para eso debe servir en realidad la conmemoración de dentro de tres años, no para construir un edificio espectacular que a partir de 2014 se resigne a ir cogiendo polvo y a recibir la visita de cuatro turistas despistados.

El Ayuntamiento tiene, por tanto, la obligación de que el compromiso que han empezado a manifestar tanto el Gobierno central como la Junta de Andalucía no se quede en la financiación de las obras, sino que vaya más allá, hasta el objetivo realmente importante, que es dotar de contenidos esta Ciudad del Flamenco, hacer de Jerez de la Frontera la capital también económica de este arte, y dar forma a una actividad que puede generar mucha riqueza y trabajo en nuestra ciudad.

Las alegrías del paro

Es lo que necesitamos para arrinconar las vergonzantes cifras del paro que tenemos, para seguir recibiendo alegrías como la del mes de abril, con 868 desempleados menos en Jerez. Esta cifra no se puede quedar en un golpe de suerte o en los efectos positivos del Mundial de Motociclismo, no puede ser coyuntural. O, al menos, eso es lo que deseamos.

Que sí que está muy bien que nos conozcan en medio mundo por los caballos, el vino o el flamenco, pero que eso se tiene que notar después. Que en Jerez hay mucha gente aburrida ya de mirarse el ombligo, aunque ellos mismos no se hayan dado cuenta todavía del particular.