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El baile y muchas horas de pie acaban cansando a cualquiera. :: C.O.
Jerez

Agua con sal para los pies de flamenca

Los tacones altos dieron paso ayer a los espartos y las sandalias planas para evitar más dolor e incomodidades Las jerezanas utilizaron ayer zapatos cómodos para aguantar el último tirón de la Feria que hoy se acaba

VIRGINIA MONTERO vmontero@lavozdigital.es
JEREZ.Actualizado:

El lunes de Feria tocó lucir el tacón alto y fino, los zapatos de exposición y las piernas fuertes y descansadas. El sábado, el esparto se hizo el protagonista y cuanto más bajito, mejor. Muchas de las mujeres que acudieron ayer al Real del González Hontoria vestidas de gitana optaron por la comodidad renunciando un poco a la vistosidad y la altura de los tacones para evitar que los pies les jugaran una mala pasada y tuvieran que volver a casa antes de lo previsto.

Isabel María Jiménez, María Luisa Fernández y Mercedes Acuña tienen claro que lo mejor al llegar a casa con dolor de pies es «un bañito y a descansar». Una de ellas llevaba ayer tacones pero las otras dos calzaban espartos de colores a juego con el vestuario: «Uno de los trucos es llevar medias porque así molesta menos. Tampoco suelo estrenar zapatos en Feria sino usar unos que no me vayan a doler», dijo Isabel María.

Como nos ha pasado a todas, las molestias en los pies han fastidiado más de una ocasión especial ya sea en ferias, bodas o viajes. «Nosotras ya estamos escarmentadas de otros años», aseguraron mientras María Luisa apoyaba su peso en una palmera para aliviar la presión de los pies. «Estar a pie parado es lo peor, lo que más cansa», añadieron. Serán los pies los que decidan a qué hora regresan a casa: «Cuando duelen, hay que volver», dijeron.

Remedios de toda la vida

Ana María Sánchez fue clara al respecto: «Lo mejor es llegar a casa y meter los pies en agua con sal gorda durante un rato, como se ha hecho toda la vida», aseguró. También ella cambió ayer los tacones del primer día por unas sandalias de altura media pero con cuñas, más cómodas. «Además de relajar, al día siguiente estás nueva», añadió.

Aparte de la molestia de la altura del zapato, las rozaduras y heridas son otro cantar. Las tiritas se han cotizado alto en el Real y rara es la gitana que no lleva un par de apósitos en el bolsillo que se esconde entre los volantes. La semana que viene las jerezanas lucirán con orgullo las heridas en los pies que certifican una Feria a lo grande.