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Economia

La UE ultima el mecanismo de urgencia para defender a sus socios de los especuladores

El presidente del Gobierno apura el recorte del déficit ante las presiones de organismos reguladores e instituciones

CÉSAR CALVAR
MADRID.Actualizado:

Combatir los virulentos ataques lanzados por los mercados contra los socios más débiles de la zona euro. Ese es el objetivo de la reunión que mantendrán hoy en Bruselas los ministros de Finanzas de los países miembros de la UE. El cónclave, que liderará la vicepresidenta económica, Elena Salgado, por ejercer España la Presidencia de turno europea, servirá para pactar los detalles del mecanismo comunitario de emergencia con que los Veintisiete quieren dotarse para auxiliar a los miembros en dificultades financieras. Ese parapeto deberá estar en funcionamiento antes de que los mercados comiencen a operar el próximo lunes.

La Comisión Europea trabajó este sábado a toda máquina para que los detalles del nuevo fondo, acordado en la reunión de jefes de Estado y de Gobierno del viernes, se conozcan este domingo. Los líderes comunitarios quieren que su puesta en funcionamiento sea una señal clara de compromiso con la estabilidad del euro para los especuladores que tratan de ganar dinero a costa de las dificultades de países como Grecia, Portugal, España o Italia, muy afectados por elevados niveles de deuda o déficit públicos.

El nuevo mecanismo comunitario podría consistir en inyecciones directas de liquidez a los mercados o en compras de deuda. La Comisión se reunirá de nuevo este domingo para discutir el proyecto, que será después presentado (y seguramente ratificado) en la reunión de los responsables de Finanzas, que comenzará a las tres de la tarde.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ya declaró su apoyo a ese nuevo instrumento en la madrugada del sábado tras asistir a la reunión del Eurogrupo que, además de sellar su apoyo al rescate a Grecia, decidió ir más allá en su auxilio al euro. Ahora, la prioridad es frenar el contagio de la crisis financiera que ha puesto al borde de la quiebra al estado heleno mediante nuevos instrumentos.

Reducir el déficit

España respalda sin reservas la iniciativa, pues presenta uno de los niveles más elevados de déficit de toda la UE y esta semana ha sido víctima preferente de los embates lanzados por los especuladores. El pasado martes, la propagación de un rumor sobre su supuesta petición de rescate financiero a Bruselas provocó la segunda mayor caída del año del Ibex-35, que sufrió un desplome del 5,41%.

Pero el Gobierno sabe que no basta con que los Veintisiete se pongan de acuerdo. También es preciso enviar, a nivel nacional, mensajes contundentes a mercados, organismos reguladores e instituciones, para convencerles de que su apuesta por el saneamiento de las cuentas públicas es sólida.

José Luis Rodríguez Zapatero quiere acelerar la aplicación del plan remitido a Bruselas en febrero pasado para reducir el déficit desde el 11,2% de 2009 hasta el 3% que establece el pacto europeo de estabilidad en 2013. Menos inversiones, reducción de gastos corrientes, más deuda pública y subidas de impuestos son las recetas del programa gubernamental, que no ha convencido a todos los agentes económicos. El FMI y la Comisión Europea en el exterior, y el Banco de España en casa, reclaman medidas extraordinarias y más contundentes.

El presidente dará a conocer el miércoles en el Congreso «con la máxima concreción posible» las medidas de austeridad demandadas por dichos organismos y por las agencias de calificación crediticia, cuando comparezca para explicar las recientes turbulencias en los mercados y los resultados de su viaje a Bruselas. Pero el recorte «necesario e imprescindible» deberá ir «acompañado de crecimiento», dijo.

El Banco de España avanzó el viernes que la economía española ya creció en el primer trimestre de 2010 un 0,1%. Rodríguez Zapatero prefiere no poner en riesgo esa mínima reactivación de la actividad en aras de una reducción del déficit excesivamente rápida. Consolidar la recuperación -por la vía de mantener los estímulos estatales- o reducir drásticamente los 'números rojos' para enviar mensajes a mercados, agencias de 'rating' e instituciones constituye una nueva encrucijada para el presidente.