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ESPAÑA

Rajoy: «Aquí hay una alternativa dispuesta a asumir el reto»

El líder del PP se planta en La Moncloa con la mano tendida, pero sin dar tregua a Zapatero, al que reprocha su inacción ante la crisis

ANTONIO MONTILLA
MADRID.Actualizado:

Mariano Rajoy se plantó ayer en el Palacio de la Moncloa para cumplir con el papel de «hombre de Estado» y otorgar a José Luis Rodríguez Zapatero un apoyo cabal, pero sin concesiones que pudieran dar oxígeno a un gobernante debilitado.

El líder del PP se salió del guión previsto para reafirmar su candidatura a presidente del Gobierno. «Aquí hay una alternativa dispuesta a asumir el reto cuando los españoles quieran», remachó.

El mandatario popular, que evitó valorar de manera global el 'cara a cara' -ni siquiera utilizó el tópico de constructiva- puso mucho énfasis en recordar que la reunión no se produjo de 'motu proprio', sino a instancias del presidente. Le interesa dejar sentado que, si alguien ha movido ficha, ha sido Zapatero porque él mantiene las mismas exigencias que lleva reclamando al Ejecutivo socialista desde hace casi dos años: reducir el gasto y el déficit público y acometer las reformas de los sistemas laboral y financiero», indicó el jefe de la oposición que para redondear la faena tal vez sólo le faltó solicitar un adelanto electoral. Y tuvo la oportunidad de hacerlo a preguntas de un informador, pero su respuesta fue: «De ese asunto no tengo nada más que decir».

A Rajoy le irrita que se niegue lo que considera una obviedad: «La oposición no tiene la responsabilidad de gobernar, la responsabilidad es del presidente del Gobierno». Por eso reiteró que ya no se trata de decir o de anunciar medidas, sino de ejecutarlas. Y eso no lo puede hacer el PP. Un análisis con el que quiso adelantarse a los que critican a los populares por no detallar su alternativa económica.

Por eso advirtió de que no piensa apoyar nada que «sea malo para España». Una postura con la que justificó el rechazó del PP a los Presupuestos Generales del Estado de este año, que propiciaban un aumento del déficit público y de la deuda pública. Tuvo un sólo momento de tregua. Afirmó que «si el Gobierno hace lo que tiene que hacer, el PP lo apoyará, por mí no va a quedar».

Puso como ejemplo que todas las medidas que se aprobaron en las Cortes en materia de sistema financiero contaron con el respaldo de su formación. A su juicio, la cuestión no es la falta de apoyos parlamentarios de Zapatero «sino que no se actuó con la diligencia debida y eso es una competencia propia del Gobierno, de su Ministerio de Economía y, si acaso, del Banco de España».

Sí sorprendió que no fuera machacón en relación a una de las banderas que el PP enarbola desde hace meses; su reclamación para que se retire la subida del IVA desde el 1 de julio. Incluso, se mantuvo receptivo a un posible incremento de impuestos, aunque siempre como parte de un plan global contra la crisis y no como una «medida aislada».