«Lo voy a dejar todo para la Justicia, que ella se encargue»
El joven de Castellón que denunció abusos por parte de un carmelita descalzo asegura que sólo hablará ante el juez
CASTELLÓN.Actualizado:«Lo voy a dejar todo para la Justicia. Que ella se encargue de todo. Lo que yo tenga que comentar ya lo comentaré entonces». Así se expresó ayer, en declaraciones a la cadena SER, el joven castellonense de 19 años que supuestamente sufrió abusos sexuales por parte de un miembro de la orden de Carmelitas Descalzos, en un convento de la localidad castellonense de Burriana.
Según denuncia el afectado, los hechos ocurrieron en 2008, cuando tenía 17 años y era monaguillo. En un principio, siempre según su versión, sufrió caricias y otros tocamientos que luego dieron paso a un intento de mantener una relación sexual completa en una de las celdas del convento.
Las reacciones al conocerse que la propia congregación había puesto el posible caso de pederastia en manos de la Fiscalía no se han hecho esperar. El obispo de la diócesis de Segorbe-Castellón, Casimiro López, calificó de «inadmisible en la Iglesia y en la sociedad» un caso como el denunciado y pidió «perdón» por unos hechos que están todavía en fase de investigación.
Los superiores de la orden comunicaron el lunes al obispo las medidas que pensaban tomar, tanto «en el ámbito eclesial como civil», destacaron desde el Obispado. López asegura que son los superiores de la orden en la provincia los «competentes para cualquier actuación, tanto en foro eclesial como estatal, al no residir ya en la Diócesis ni tener ningún ministerio encomendado en la misma».
El Obispado «comparte y corrobora» la «colaboración con las autoridades judiciales para el esclarecimiento de los hechos», destaca en su comunicado. El obispo mostró, además, su «consternación por los hechos denunciados» en el caso de que sean veraces. Añadió que se une «al dolor de la víctima, de sus padres y la familia», y les pide perdón.
«Un solo caso de abuso por parte de un sacerdote es inaceptable y es motivo de profundo dolor por la víctima, por la infidelidad del sacerdote a su ministerio y por el debilitamiento de la misma Iglesia, llamada a ser santa», remarcó. La nota del Obispado advierte de que casos como éste «no pueden poner bajo sospecha poco menos que a todos los sacerdotes, ni la disciplina del celibato por la que se rigen».
El Obispado ha reconocido además «la extraordinaria labor que realizan los Carmelitas Descalzos en la Diócesis, y desea que un caso como éste no ensombrezca su acción pastoral y la confianza que justamente muchas personas ponen en ellos».