Catástrofe o sacrificio
La UE acude en ayuda de Grecia a la que esperan años de austeridad y penuria
Actualizado:Los ministros de economía de la eurozona culminaron ayer la negociación del inminente paquete de ayudas a Grecia, unos 120.000 millones de euros en tres años, a cargo de una serie de países de la Unión Europea, entre los que se cuenta España, y del Fondo Monetario Internacional. Ya no valen las medidas declaratorias, con las que Angela Merkel y Nicolás Sarkozy han tratado de salir al paso durante las últimas semanas de una situación muy peligrosa para el euro, que los Tratados de la Unión Europea no habían previsto.La alternativa a dar dinero a Grecia a cambio de un plan de ajuste durísimo hubiese supuesto dejar que el país heleno entrase en bancarrota primero y reestructurar su deuda después. Si Grecia no formase parte de la moneda única, sin duda éste hubiera sido el camino elegido, como en su día se hizo con Argentina. Pero los líderes europeos, a pesar de las grandes reticencias alemanas, han elegido el rescate, como una manera de proteger también a sus economías y de mantener la credibilidad y la estabilidad de la integración monetaria, evitando el contagio a otros países en situación económica delicada. El riesgo de inyectar dinero es que se prolongue la mala situación del enfermo sin que haya medidas quirúrgicas urgentes. Todos los miembros de la UE son conscientes ahora de que Grecia no debería haber entrado nunca en la moneda única y de que la arquitectura financiera europea tiene muchos agujeros, que eran conocidos pero a los que no se ha dado importancia hasta ahora. En un clima generalizado de euro-escepticismo, éstos son poco propensos a transferir poderes nuevos a Bruselas para crear un verdadero gobierno económico y no suelen poner en marcha las reformas estructurales que exige la pertenencia a un área monetaria común. En Berlín todavía hay muchas voces contrarias a las ayudas que prefieren tratar de expulsar a Grecia del euro, a pesar de la ausencia de un mecanismo claro para ello.Una vez comiencen a activarse las ayudas, Grecia, por su parte, deberá poner en marcha un programa de reformas supervisado por la Comisión y por el FMI, que no librará los fondos si no se empieza a cumplir antes. Estos sacrificios están provocando protestas y huelgas en todo el país y lógicamente irán a más pero el primer ministro griego Papandreu, que está haciendo un buen papel, ha puesto el dedo en la llaga al decir que su país tiene que elegir entre la catástrofe y el sacrificio.