El escritor al que no le gustaba escribir
Actualizado:Vicent quería encerrar la vida en un folio y medio, lo intentó «muchas veces» y «sólo algunas» lo consiguió. Sigue en el empeño, aunque no le guste. «Para escribir, hay que sufrir. No comprendo cuando algunos autores dicen que disfrutan mucho escribiendo», confiesa. «Raramente se produce esta perfecta conjunción entre lo que se siente y se piensa y lo que se desliza a través de la pluma», afirma, aunque «ese empeño» es el que le mantiene en el tajo, el que le llevó a matricularse en Periodismo después de licenciarse en Derecho. Comenzó como articulista en 'Hermano Lobo', 'Triunfo' y en el diario 'Madrid'. Sus reportajes, crónicas parlamentarias y semblanzas comparten el mismo estilo certero y poético, a medio camino entre la fórmula periodística y el relato literario. «Un escritor está siempre trabajando, piensa en ello 24 horas al día, pero no hace falta estar delante del ordenador. Ser escritor es pensar, vivir e imaginar», opina Vicent, que tiene fama en el mundillo de escribir muy rápido, y admite que nunca relee sus textos. «Es como volver al lugar del crimen», bromea.
A pesar de que le da pereza «empezar los proyectos», cada dos años tiene novela nueva, y sus recopilaciones de columnas y reportajes se alternan en las librerías con ensayos y alguna que otra obra de teatro. Su gran pasión, además de la escritura (en cualquiera de sus formas) es el arte. Como galerista, reconoce que es muy selectivo, y presume de cierto olfato. Entre sus fobias, los toros. «Ahora no hace falta ponerse muy beligerante. Muchos 'taurinos' se están retratando solos».