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'motorada 2010'

Jerez vuelve a ser motera

La ciudad vivió ayer una jornada tranquila, con nueve accidentes de tráfico y un solo herido grave más un centenar de asistencias menores

Almudena Doña
Jerez Actualizado:

El ambiente motero de Jerez volvió a palparse ayer casi con la euforia de otros años. Lejos de los graves disturbios y las aglomeraciones sin control, eso sí, el sábado del Gran Premio resultó más concurrido que el de 2009 y los aficionados se dejaron ver por la ciudad a partir del mediodía y llenaron el Circuito y sus inmediaciones desde primera hora.

La buena predisposición de los visitantes, que acuden a la ciudad con el ánimo exclusivo de disfrutar de su afición favorita, unido al férreo control policial de ediciones anteriores posibilitó que la jornada se desarrollara tranquila y sólo se produjeran nueve accidentes en Jerez y el entorno del trazado, de los que solamente uno se saldó con un herido de gravedad. Este último tuvo lugar en la calle Playa del Rompidillo, en las inmediaciones del Club Nazaret, y ocurrió sobre las 2.30 horas cuando un jerezano de 40 años perdió el control de su motocicleta y se cayó, sufriendo un traumatismo craneoencefálico.

La víctima fue trasladada al Hospital de Jerez y de ahí al Puerta del Mar de Cádiz, donde al cierre de esta edición continuaba ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos.

En cuanto al resto de accidentes, como informaron fuentes del Servicio Andaluz de Salud, dentro del casco urbano se registraron dos durante la madrugada y otros dos a lo largo del día. En ellos, resultó herido un joven de 30 años tras caer de su motocicleta; otro de 32 por la misma causa; una mujer de 43 años también por caerse de una moto en la que iba de copiloto y un menor sevillano que sufrió un siniestro en la N-IV. Afortunadamente, ninguno de ellos sufrió daños de gravedad.

En el entorno del Circuito, según la Subdelegación del Gobierno en Cádiz, ocurrieron tres accidentes aunque sólo uno acabó con una persona herida, de carácter leve, que se salió de la vía por exceso de velocidad a la altura de Olvera. Por lo demás, también en el trazado y aledaños el dispositivo conjunto del 061 y Cruz Roja realizó más de un centenar de asistencias menores desde las 19.00 horas del viernes hasta las 19.30 horas de ayer, cuando el SAS facilitó el último parte de actuaciones.

Se trató de intervenciones relacionadas con intoxicaciones etílicas, efectos del calor, alergias y agresiones de carácter leve. En el hospital jerezano se atendió, además, a una decena de motoristas con policontusiones sin importancia. Heridos relacionados con la Motorada también se registraron cinco en El Puerto, Puerto Real, Sanlúcar, Algeciras y Villamartín, con cuadros clínicos leves.

En lo que respecta a incidentes, la madrugada de ayer fue fluida en la zona del Circuito donde la Guardia Civil interpuso 20 denuncias por acampadas ilegales; dos por infracciones a la normativa de perros peligrosos; quince por consumo de drogas (ocho de ellas dentro de la instalación deportiva, lo que implica sanciones de hasta 3.000 euros) y cinco contra la seguridad vial, al dar positivo en alcoholemia o drogas.

Vandalismo local

Uno de los incidentes que nunca pueden faltar en toda Motorada que se precie es la realización de gymkhanas recordando las licencias que otros años se podían permitir los conductores de dos ruedas y que ahora sin embargo están tan restringidas que se han reducido a meros amagos.

Ayer se produjeron varios en la avenida Blas Infante, impulsados por vecinos de la ciudad que buscaban su minuto de gloria. En todos ellos el intento se neutralizó por los antidisturbios sin mayores consecuencias, salvo uno ocurrido por la tarde que acabó con un detenido. En este caso varios jóvenes con sus ciclomotores intentaron armar jaleo y cuando se presentaron los agentes cargaron contra ellos, arrojando piedras a los furgones. Por este incidente acabó en Comisaría el jerezano S. R. R, de 22 años.

Por otro lado, en Jerez sucedieron otra serie de altercados y detenciones en el día de ayer, que si bien en principio no tuvieron nada que ver con la Motorada sí son dignos de mención. A las 1.15 horas la Policía Nacional detuvo a una mujer, M. J. L. B, de 40 años de edad, por haber agredido supuestamente a su pareja con un arma blanca. Por la mañana, un vecino de El Puerto que responde a las iniciales de J. C. M. C, de 45 años, fue pillado trapicheando con hachís en La Milagrosa y detenido en el acto por unos agentes, que se incautaron de cinco piedras.

A las 16.00 horas, otra mujer de 30 años, M. B. G. R, fue arrestada como presunta autora de un hurto en Área Sur, mientras que unas horas más tarde agentes de la Policía Local acudieron a la calle Bulería, donde supuestamente se produjo un intento de atropello contra dos varones, aunque las circunstancias y datos concretos no han trascendido. Lo que también hicieron los funcionarios fue levantar diversas actas por desorden público, muchas de ellas relacionadas con la quema de goma que supone una multa de hasta 150 euros.

La vigilancia, de hecho, fue estrecha por parte tanto de un Cuerpo policial como del otro, lo que contribuyó como se ha citado anteriormente a que se respirara un ambiente motero tranquilo y seguro. A diferencia de otros años, los motoristas no se dedicaron tanto a circular como a disfrutar de las terrazas y bares de moda. Esto ocurrió en zonas como las avenidas de Lola Flores y Álvaro Domecq, sin olvidar la Feria, donde se preveía la mayor afluencia a lo largo de la noche.

Los moteros también pudieron pasear por las calles del centro, abiertas en su totalidad después de varios años de blindaje. En la alameda Cristina y el Mamelón se habilitaron carpas y barras hosteleras con un programa de Mapfre que incluía regalos para aquellos que dieran resultado negativo en la prueba de alcoholemia. No obstante, a pesar de todo ello los visitantes prefirieron las cercanías del Circuito y los barrios que el centro, por lo que no hubo el lleno motero que se esperaba. Las buenas temperaturas registradas hicieron que a lo largo del día muchos optaran por ir a la playa o comer en localidades vecinas.