Afición a las dos ruedas con muchos matices

A todos ellos les une la afición a las dos ruedas, pero poco más. Jerez se convierte durante estos días en un espacio en el que confluyen visitantes de todos los puntos de la geografía española. Algunos vienen a disfrutar de la Motorada y de la prueba deportiva, pero la mayoría se decanta por una u otra cosa; están los que se alojan en casa de familiares, los que lo hacen en el campamento habilitado, quienes pagan un hotel de lujo y hasta los que tienen piso propio en Jerez o su entorno; etcétera.

Un caso paradigmático de gran aficionado es el de Juan Ramón Guardia, de Torre del Mar (Málaga): «Llevo 17 años viniendo consecutivamente y la verdad es que estoy de acuerdo con que cerraran la ciudad a las motos, porque ahora hay más control y seguridad». Este año, de hecho, «el ambiente es magnífico, se mejora cada año, y encima coincide con la Feria de Jerez». Bien distinto es el caso de Jesús Verduga, que ha recorrido las carreteras desde Santander por la Ruta de la Plata. Él ha venido tres veces, la primera vez «hace 25 años, estrenando el Circuito de Velocidad». Entonces, rememora Jesús Verduga, «esto era una locura, con todo el mundo a una rueda por las calles».