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El milagro de Quique no le asegura la continuidad en el Atlético de Madrid

Ha transformado el caos en un equipo capaz de luchar por un doblete inimaginable y la afición pide a gritos su renovación

MADRID. Actualizado: Guardar
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«Es casi mi mayor alegría. Veníamos de una situación muy profunda». Quique Sánchez Flores transmitía una felicidad infinita después de brindar a los atléticos la clasificación para la final de Liga Europa. Por dos veces se acercó junto a sus jugadores, muchos ya semidesnudos, al fondo de Anfield ocupado por los casi 3.000 'colchoneros' desatados. Por un momento, parecía que ni los 'Bobbys' sacarían del feudo del Liverpool a esos hinchas bañados en sudor, lágrimas de emoción y litros de cerveza. Sentían que gracias a Quique se enterraba la leyenda del 'Pupas' tan dañina para un club marcado siempre por su victimismo.

Por un detalle, por un golpe de fortuna, podrán disfrutar de dos finales casi consecutivas, de unos «días preciosos», tal y como pregonaba a los cuatro vientos el presidente Enrique Cerezo. Tras vitorear a esos 'reds' hermanados por obra y gracia de Fernando Torres, los rojiblancos se lanzaron al grito unánime de '!Quique, Quique, Quique!' Cánticos, con voces ya desgarradas, de especial valor al dirigirse a un técnico de origen madridista. No se generaba semejante sentimiento desde tiempos de Radomir Antic y el doblete del 96.

Sin movimiento

Mientras la grada clamaba por la renovación del técnico, ni Miguel Ángel Gil ni Cerezo avanzaban movimientos. Fuentes del club aseguran que Quique tampoco quiere distraerse ahora con negociaciones, pero resulta tan contradictorio como el Atlético que su continuidad no esté ya garantizada. El técnico ha obrado un milagro. Llegó en octubre pasado casi de postre, porque Laudrup exigía un año más y Spalletti conversaba con el Zenit. Recogió un grupo caótico, descosido, con el fantasma del descenso sobrevolando el Calderón, y lo ha transformado en un bloque correoso. Juegue mejor o peor, ahora el Atlético deja impronta de equipo bien trabajado, disciplinado, atento en la estrategia. Apenas sufre lesionados y gana en la prórroga pese a que Quique apenas ha utilizado a 13 jugadores, con más partidos que nadie en Europa a sus espaldas. Notable trabajo físico y táctico.

En su mejor momento, Quique no se olvidó del 'Vasco' Aguirre y de Abel Resino. «He recogido su herencia», recordó en las tripas de Anfield. Y concedió todo el mérito a sus jugadores, capaces de «levantarse después de cada golpe». «Estoy orgulloso de ellos, de su trabajo, de su esfuerzo brutal», enfatizó tras observar su disfrute como «niños de colegio». Brincos, abrazos, 'piscinazos', chanclas volando... Una fiesta.