Los expertos consideran que el manual es positivo si se acompaña de una explicación
Aseguran que antes de repartirlos libremente se debe de tener en cuenta si la edad del menor es adecuada
CÁDIZ. Actualizado: GuardarSi el centro escolar quiere impartir un taller de sexualidad, normalmente avisará a los padres. Pasa en la mayoría de los casos y, como responsables de sus hijos, son ellos los que deciden si asistirán o no. En muchas aulas quedan huecos vacíos cuando se hablan de este tema. Esmeralda Vázquez, psicóloga infantil, lleva varios años organizando jornadas en institutos para hablar de sexo. Desde los doce años a los 16, a veces, algo más mayores. Y siempre prepara un temario propio.
En este caso, considera que las guías puede ser «una herramienta muy útil» para orientar a los menores. «Cada vez empiezan antes a tener relaciones y no conocen los riesgos». Por eso mismo, la psicóloga insiste en que ese material debe ir siempre acompañado de la explicación de un adulto y, sobre todo, comprobar si el lenguaje es adaptado a la edad de los niños. «No es lo mismo tratar este tipo de cuestiones con alumnos de doce años que de 16», explica. Tampoco comparten las dudas ni las inquietudes.
En su opinión, el mejor momento es entre los 13 y 14 años. Muchos de ellos ya han tenido su primera relación, por eso reconoce que «hay que insistirles con el uso de anticonceptivos y advertirles de los riesgos de las enfermedades de transmisión sexual».
El contenido de los manuales de la Consejería, disponibles en su página web, es muy parecido al que se imparte en las jornadas que se dan en los institutos. También responde a las principales preguntas que hacen los menores. En este caso se dirigen fundamentalmente a las chicas e inciden en cuestiones como la violencia de género, la autoestima y el deseo. Vázquez es partidaria de que los padres decidan si quieren o no que sus hijos asistan a estas sesiones.
En este sentido, Mila Marente, coordinadora de programas del Centro de Profesorado de Cádiz, resalta que la formación sobre sexualidad es reclamada por los propios centros. Su labor es adaptar los contenidos en función de las necesidades de cada instituto. «En algunos se incide más en cuestiones de anticonceptivos o embarazos no deseados y en otros, sobre violencia de género.
En su opinión, sería muy beneficioso extender estos talleres a las familias. «Ahora se ha comenzado a hacer para que los padres sepan comunicarse con sus hijos», pero reconoce que es mínimo.