Procedentes de Madrid, Alicante o Extremadura, las familias habilitan el espacio para vivir durante casi diez días. :: ESTEBAN
Jerez

«También hay crisis para los claveles»

Nieves Romero acampa con su familia junto a la Feria para trabajar cada día vendiendo flores; Alrededor de 400 personas viven durante la semana junto al Real, en un recinto habilitado por el Ayuntamiento

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Ni los claveles se salvan de la crisis. Bien lo saben Nieves Romero y su familia, que acuden desde hace 30 años a la Feria de Jerez para venderlos. Acampan en el recinto habilitado para ellos y otras 80 familias más (en total, alrededor de 400 personas) por el Ayuntamiento de Jerez para que dispongan de agua, luz y unos aseos adecuados durante su estancia en la ciudad. «No se gana un duro. Nosotros también notamos la crisis. La Feria de Sevilla ha ido fatal porque nos quitaban los claveles y no nos dejaban vender», se lamenta mientras deambula de un lado para otro disponiendo en una carpa improvisada todos los enseres que necesita para el día a día.

Su marido y cuatro de sus cinco hijos la acompañan. «Cada mañana nos levantamos y preparamos el desayuno en la cocina portátil. Las mujeres nos vamos a la Feria a buscarnos la vida, a vender flores todo el día», asegura. Está contenta cuando su furgoneta enfila el camino hacia Jerez «porque aquí tenemos de todo aunque todavía no nos han puesto los servicios. También hay colegio para los niños», dice mientras una niña pregunta insistentemente a los visitantes cuándo va a empezar el 'cole'.

Santiago Fernández es el patriarca de este grupo de gitanos con origen extremeño: «Jerez es la única feria de toda España donde nos ponen comodidades y no nos molestan con la venta de claveles», asegura. En cuanto a negocio, dice que también «suele ser una buena feria». Julia Pardo también se dedica a vender flores y ya está esperando el comienzo de la Feria aunque reconoce que «la gente no tiene dinero».

El delegado de Bienestar Social, José Manuel Jiménez, visitó ayer el campamento -donde la Policía realizaba un control rutinario- para pedir a las familias que los menores no desarrollen ninguna actividad laboral. Con este objetivo, los niños disfrutarán desde el lunes de actividades socioeducativas con monitores mientras que sus padres podrán trabajar sin dificultades.