Pleno del Senado, durante una alocución de Zapatero en 2008. :: EFE
ESPAÑA

El Senado hablará catalán, gallego euskera y valenciano en los plenos

La Cámara da el primer paso para usar las lenguas cooficiales con el apoyo de socialistas y nacionalistas y el rechazo del PP

MADRID. Actualizado: Guardar
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El Senado dio ayer el primer paso para que, en un futuro próximo, en el pleno sea normal escuchar debates en los que, además del castellano, se utilicen el euskera, el catalán, el gallego o el valenciano. El pleno, con el apoyo de todos los grupos excepto el PP y Unión del Pueblo Navarro, aceptó tramitar una reforma del reglamento de la Cámara Alta, presentada por todos los senadores nacionalistas y los socialistas catalanes, que pretende extender el uso de las lenguas cooficiales -con traducción simultánea- a los debates del pleno y a todas las comunicaciones internas y escritos entre los parlamentarios y la Cámara.

Los populares se opusieron en redondo a la toma en consideración de la medida porque creen que «no es urgente ni necesaria ni constitucional», porque la «única lengua oficial del Estado es el español». El PP sostuvo durante el debate que el uso de la traducción simultánea en el pleno será «un ridículo mundial espantoso».

El PSOE, que con su apoyo fue la clave para que la reforma fuese aceptada a trámite y pudiese abrirse un debate vetado durante 30 años, ya ha advertido que, cuando termine la discusión, no quedarán satisfechas todas las pretensiones de los nacionalistas porque ahora se trata de negociar cuándo, dónde y cómo será posible usar las lenguas autonómicas.

La postura final de los socialistas está aún sin fijar, pero fuentes del partido indicaron que es posible que las lenguas cooficiales puedan utilizarse no sólo en algunas comisiones, sino también en el pleno para discutir algunas mociones, iniciativas o proposiciones de ley, pero el castellano será el idioma para las sesiones de control al Gobierno.

Acuerdo abierto

Los socialistas pretenden que el acuerdo sea lo suficiente abierto como para que pueda sumarse el PP. En aras de ese respaldo, el PSOE precisa que el uso de las lenguas cooficiales se circunscribe en exclusiva al Senado, como Cámara de representación territorial, pero no al Congreso. Si las negociaciones no se atascan, los primeros debates en catalán, euskera, gallego y valenciano en el pleno podrían escucharse el próximo año.

Hasta el momento, el uso de la traducción simultánea en el Senado se circunscribía a los debates en la Comisión General de Comunidades Autónomas, un órgano que el Gobierno y los partidos tienen casi olvidado y apenas realiza sesiones.

El debate de toma en consideración fue vivo, con interrupciones, descalificaciones, fuertes ovaciones, pitidos y llamadas al orden del presidente de la Cámara. Un episodio de todos contra el PP. Los populares, por su parte, sacaron a relucir el peligro para la unidad de España, el arrinconamiento del castellano, el excesivo coste de la medida -lo calculan en 1,2 millones al año-, y el electoralismo que ha llevado al PSOE a dar su brazo a torcer ante la perspectiva de las catalanas de noviembre.

Los nacionalistas contestaron que la postura del partido opositor es «patriotismo excluyente», y denunciaron que su ideología le impide ver la realidad de la calle y el uso cotidiano de las lenguas autonómicas. Se comprometieron además a que la medida será inocua en el presupuesto. Ninguno hizo, pese a todo, un discurso radical. Destacaron el respeto al castellano y explicaron que no pretenden tomar una medida «contra nadie ni contra nada», sino a favor de las lenguas autonómicas.

Leire Pajín, que fue la portavoz del PSOE, hizo uso de todas las lenguas oficiales y aseguró que «la España real es plurilingüe», y animó a «dar una señal de normalidad, que será histórica».