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Elegante en el braceo, perfecta con los pies. :: A.V.
Sociedad

El montaje, que raya la excelencia, pone varias veces al público en pie

R. V.
CÁDIZ.Actualizado:

No hace falta ser un genio para saber por qué la despedida de Saras Baras ha causado tanto revuelo. Privar de su arte durante años debería ser considerado... Cada uno de los que la pudieron ver en Cádiz la semana pasada tendrá preparado una respuesta a los puntos suspensivos.

Concebir su espectáculo con mayúsculas, puede ser una excusa. A tenor de los críticas cosechadas por 'Esencia' en todas las ciudades en la que se ha presentado, desde que se estrenase en París en 2009. Por una mera cuestión de matemáticas: a más aplausos y público en pie, se sube un peldaño en la excelencia. El escarceo amoroso con Serrano en los tangos de 'Carmen', es de quitarse el sombrero. La escena, -en un baile sin aspavientos y cargada de dulzura- de 'Juana la Loca' fundida en un abrazo con su marido muerto, pone los vellos de punta.

El derroche de energía del braceo, la perfección de su taconeo 'in crescendo', el vuelo del mantón en la alegría de 'Cai la-isla, hace al auditorio perder la noción del tiempo. José Serrano no desmerece el trabajo de la isleña. Igual de arrebatador. Ajustado en las réplicas. Tampoco ni un solo miembro de la compañía, compacta e impecable en todos los números.

Además, las letras y la percusión, virtuosa, genial en el directo, crean el ambiente perfecto para un montaje que, aunque compuestos por retazos de otros espectáculos, están dotados de una brillante coherencia y sencilla resolución. En la última de las representaciones de 'Esencia', el público se levantó de sus asientos varias veces. Lo dicho, grande en mayúsculas.