«No hay que creer en los jueces, se cree en Dios aunque no se ve»
MADRID.Actualizado:Justo cuando desde el Gobierno, y desde el PSOE, se había tomado la decisión de cuidar al máximo los pronunciamientos sobre la causa contra Baltasar Garzón, el presidente del Congreso, José Bono, osó dar un paso al frente y poner en cuestión la infalibilidad del Tribunal Supremo.
El dirigente socialista admitió que hay que «respetar» que el alto tribunal decida sobre la inhabilitación del juez de la Audiencia Nacional, acusado de prevaricación. Pero añadió, con mucha ironía, que «es muy bueno también que los tribunales se hagan respetar utilizando el sentido común».
«No hay que creer en los jueces, se cree en Dios aunque no se ve -remarcó-, pero no se cree en los dentistas, ni en los periodistas, ni en los jueces». «A los jueces les pasa como a los dentistas -añadió-, que cuando te sacan una muela que no es la que te duele, le dices al vecino que no vaya a ese dentista».
Bono -que acababa de asistir a un desayuno del diputado de IU Gaspar Llamazares- ni siquiera renunció a expresar su deseo de que Garzón sea liberado de todo castigo, al remarcar que no desea mal a nadie y «mucho menos a un amigo».
Nada que ver con el tono rigurosamente institucional empleado apenas unos minutos después, en una rueda de prensa en Palma, por el vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves. El jefe directo de Gaspar Zarrías, el hombre que con su participación en actos pro Garzón ha dado pie al PP para acusar al Ejecutivo de presionar a la Justicia, defendió la legitimidad de la causa abierta por Varela.
«No tenemos duda -subrayó- de que el Tribunal Supremo está actuando conforme al estado de derecho y conforme a la ley». En todo caso, añadió que eso no es «incompatible» con que haya sectores sociales que discrepen; algo que dijo «hay que entender» en una sociedad «madura».