La batalla preelectoral frustra el nuevo estatuto castellano-manchego
La falta de consenso entre PSOE y el PP a cuenta del agua provoca la retirada del proyecto del Congreso
TOLEDO. Actualizado: GuardarLas Cortes de Castilla-La Mancha aprobaron ayer, con los socialistas a favor y los populares en contra, una resolución en la que se solicita la retirada de la propuesta de reforma del estatuto de autonomía de esta comunidad, que tramitaba el Congreso de los Diputados. La pugna política entre PP y PSOE, a un año vista de las elecciones locales, ha condenado el nuevo estatuto y lo ha devuelto al cajón.
La decisión de retirar el texto se toma una semana después de que el PSOE y el PP no se pusieran de acuerdo en la Comisión Constitucional del Congreso a la hora de fijar los derechos y necesidades de agua de Castilla-La Mancha. La ausencia de consenso entre el PSOE y el PP echa por tierra el trabajo de los tres últimos años, pero también está siendo aprovechada por los dos partidos como arma arrojadiza.
La negativa del PP castellano-manchego de sumarse a la propuesta del PSOE de establecer una «reserva estratégica» de agua de 4.000 hectómetros cúbicos para Castilla-La Mancha en el nuevo estatuto ya frustrado ha servido a los socialistas para arremeter con dureza contra María Dolores de Cospedal, presidenta regional del PP y secretaria general de este partido. El presidente manchego, el socialista José María Barreda, repitió ayer el argumento que su partido viene utilizando desde hace tiempo: «Cospedal vive en una contradicción con sus dos cargos porque en Toledo dice una cosa y en Madrid otra». «Cospedal, en vez de defender a nuestros a nuestros agricultores y ganaderos y a nuestra población, ha defendido a los regantes murcianos y a sus campos de golf», indicó.
Palabras a las que respondió Cospedal con la afirmación de que el PP también proponía otra fórmula de consenso en materia de agua en el nuevo estatuto, pero que «Barreda no quiere resolver el problema del agua sino vivir a su costa». «¿Qué es lo que han hecho en 30 años para resolver este problema?», se preguntó. «Nada», fue su respuesta.