Apoyo a México
Actualizado:Como era de esperar, algunos observadores cínicos cuestionan la decisión del Gobierno del presidente Felipe Calderón de atacar de forma frontal el universo del narcotráfico en México, pese a soportar de forma permanente un río de sangre por la actividad delictiva y los duros enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Al favor inicial por la resolución del presidente, que liquidó un viejo tabú al reconocer la existencia de una cruel sociedad paralela, la de los narcos, sucede ahora un creciente reproche por lo que algunos ven como militarización de la vida nacional y demasiadas bajas. Y otros entienden, como acaba de hacer Bill Clinton al felicitar al presidente Calderón por su coraje, que dudosamente se ganará la batalla con medios policiales y proponer una especie de tercera vía: el 'Plan Colombia', pero sin participación norteamericana directa, para evitar susceptibilidades. Es pronto para eso y, sobre todo, es inaceptable censurar al presidente mexicano que ha dicho la verdad a la gente: el país está corroído por el narcotráfico y al Estado le toca corregirlo. Y hacerlo con el imperio de la ley, con la fiscalía, la policía y los medios que sean necesarios, es un propósito que sólo merece el máximo respeto y apoyo.