PEPE

El Carnaval de Cádiz nada ahora en la abundancia. Son «mediáticos» como se dice ahora en los foros finos. A un carnavalero se le mete una espina de acedía entre medio de dos dientes y ya hay 37 blogs que cuentan la tragedia. No soy yo quién para decir si esto es bueno o malo, pero lo cierto es que ahora un carnavalero es un hombre con valor social, apreciado, al que se le escucha. Algunos de ellos, porque son grandes artistas y personas de mucha valía, son gente muy querida y aclamada por la sociedad, porque se lo han ganado. Pongo casos como los de Selu García Cossío, Antonio Martínez Ares, Andy y Lucas o José Guerrero 'El Yuyu', toda una figura de la radio en Andalucía. Quién no conoce hoy, no ya en Cádiz, sino prácticamente en toda Andalucía, a las principales figuras del Carnaval y hoy en día sería impensable tomar una decisión en torno a la fiesta sin contar con los representantes de este colectivo. Pero hubo un tiempo en el que el mundo del Carnaval era en Cádiz algo marginal a lo que sólo se le prestaba atención -y no mucha la verdad- cuando llegaban las fiestas típicas y poco más. Tan sólo Enrique Treviño era el que difundía coplas en un programa que se guisaba el mismo.

Por aquellos años empezaba a aparecer por todos sitios un tipo bajito que hacía muchas preguntas y que entrevistaba a aquellos seres raros que cantaban canciones de rima consonante. Su nombre era Pepe Benítez.

Pepe logró con su cabezonería, porque Pepe era muy cabezota, que ese mundo casi marginal se convirtiera en un mundo al que todos le prestan atención. De alguna manera, fue capaz de descubrir que este mundo era «todo un nicho de mercado», como dirían los finos para los medios de comunicación que ahora llenamos páginas y páginas todo el año con este tema, porque interesa a la gente.

Pepe, con su trabajo, hizo tres grandes favores. Primero que nada, a los aficionados a la radio, porque nos hizo disfrutar de muchos buenos momentos. Y el segundo y el tercer favor se lo hizo a los medios de comunicación y al Carnaval, que gracias, en gran parte, a él, se dieron cuenta de que son un perfecto matrimonio, hasta con sus broncas.

Tengo la sensación de que Pepe Benítez se ha ido sin que ninguna de las dos partes le hayan mostrado de forma clara su agradecimiento por este favor, pero creo que sí se ha ido con una gran tesoro, muy difícil de lograr, el de ser una persona muy querida en la ciudad y eso para él y para Eva, su mujer, es un gran tesoro. Un beso a los dos.