Los ancianos sacerdotes ya pueden, al fin, descansar
La inauguración de la casa sacerdotal San Bruno garantiza el nivel de vida a los presbíteros de la diócesis
JEREZ.Actualizado:Era una necesidad. Así lo entendió el anterior pastor diocesano, Juan del Río, y así lo ha ejecutado el actual, José Mazuelos. Los ancianos sacerdotes, aquellos que han entregado su vida por la Iglesia Local, debían tener un lugar donde poder pasar sus últimos días una vez jubilados. Y hay que entender que, por necesidades de la diócesis, la edad de jubilación de los sacerdotes no es precisamente los 65 años, sino que sus obligaciones se extienden hasta los 80 y 85 años permaneciendo en activo, y con las agendas igual de apretadas que si tuvieran cuarenta años menos. Ejemplos hay muchos, aunque quizá el más significativo sea el de Ángel Romero, párroco desde hace más de tres décadas de la de San Miguel y actual vicario judicial de la diócesis. Y todo ello, con los ochenta años bien cumplidos.
Otro casos significativo, y que siguen estando en primera línea de batalla, es el de José Luis Repetto. El eterno deán de la catedral, ahora párroco de San Dionisio, lleva años al frente de una de las iglesias más complicadas de la ciudad, ya que le toca lidiar con todos los acontecimientos especiales y solemnes que haya en la diócesis. Un cargo de extremo desgaste, que ha sabido sobrellevar con entereza pese a que ha pasado, y con creces, la edad propicia para su jubilación.
Y esto es sólo por citar los dos casos más conocidos. Porque la realidad de la diócesis es que sus sacerdotes tienen una media de edad elevada, y que se mira con esmero el seminario diocesano, uno de los proyectos en los que más trabajo Juan del Río y que hoy es una realidad en la Compañía de María. De ahí debe salir la savia nueva que permita a estos sacerdotes venerables descansar, y de paso, que sirva para refrescar la diócesis con ideas nuevas e impulsos considerables. Esta es la realidad de una diócesis que desde esta semana está de enhorabuena, porque va consiguiendo de manera lenta poner en pie un patrimonio que siempre ha tenido, pero que desde la época de Rafael Bellido se estaba descuidando de manera alarmante.
No ha estado exento de críticas el proyecto de la casa sacerdotal San Bruno. Su modernismo en la fachada choca con la piedra de la Real Capilla del Calvario, y aunque la reurbanización del entorno ha permitido a todos descubrir un enclave precioso de la ciudad, lo cierto es que no han sido pocas las voces que califican de desacertado el proyecto presentado por el obispado. Sin embargo, es esta nueva corriente arquitectónica de fundir lo nuevo con lo antiguo la que finalmente se impuso, quedando un resultado ciertamente espectacular al final de la calle Taxdirt.
El proyecto
La nueva casa sacerdotal San Bruno se sitúa sobre la parcela que acogía al entonces Seminario Diocesano de Jerez, situado en la Calle Taxdirt, justo frente al Parque Zoológico Municipal y formando esquina con la Avenida San Juan Bosco, por donde también tiene entrada al edificio. Toma el nombre del fundador de la Orden de los Cartujos en recuerdo y como homenaje a los hermanos que tantos años mantuvieron el halo de espiritualidad entre los muros de la Cartuja de Nuestra señora de la Defensión y que ahora continúan su labor las Hermanas de Belén, de la Asunción de la Virgen y de San Bruno.
Desde mediados del año 2005, siendo obispo de la diócesis de Asidonia-Jerez Juan del Río Martín, fue intención del obispado la rehabilitación del edificio. Dadas las necesidades de la diócesis, se estudió además la ampliación de las dependencias religiosas con la construcción de un nuevo edificio sobre parte de los antiguos jardines, de tal modo que el edificio actual se rehabilitaría para residencia sacerdotal y el nuevo pasaría a albergar el seminario diocesano así como el Instituto de Estudios Teológicos, incluyendo dentro del nuevo proyecto ampliar la plaza existente frente a la Ermita, demoliendo el ala construida entre ella y el monumento al Sagrado Corazón.
Las obras de rehabilitación del edificio actual comenzaron el mes de octubre de 2008, estando prácticamente concluidas. La actuación sobre el hasta ahora seminario diocesano se justifican para albergar en él la nueva Casa Sacerdotal, destinada a acoger a sacerdotes jubilados tras ejercer su ministerio o aquellos con alguna encomienda o servicio diocesano determinado. El edificio básicamente mantiene su distribución original, espacios de relación y servicio en planta baja y dependencias residenciales en las plantas altas, cada una de ellas matizadas con usos apropiados. Todo ello supone una superficie construida total sobre rasante de 1479,83 m², además de los 94,19 m² de semisótano dedicado a instalaciones y almacén.
Rafael González Calderón ha sido el arquitecto encargado de esta faraónica construcción, que deberá verse completada con la inauguración del seminario diocesano, aunque para este acontecimiento todavía no hay fechas concretas. Sin embargo, en las actuaciones planteadas está prevista la construcción del edificio que albergue a los aspirantes al sacerdocio, con lo que la juventud estaría manteniendo vida común, aunque convenientemente separada, de los que deben ser espejo donde mirar el amor a su diócesis hasta sus últimos días.
Con esta obra queda prácticamente resuelto el problema que se le presentó a Juan del Río cuando llegó en el año 2000 al obispado de Jerez, y que con buen criterio ha querido continuar José Mazuelos. La diócesis ha pasado de tener una sede en la calle Eguiluz y otras dependencias repartidas por la ciudad a tener sede social en la Casa de la Iglesia, el antiguo Palacio de Bertematti, donde se ubican la gran mayoría de delegaciones del obispado. Y ahora se completa con esta casa sacerdotal que, junto con el seminario conforman un panorama de lo más alentador para el futuro de una diócesis joven como es la jerezana, pero que está construyendo las bases para ser una de las diócesis más apetecibles del horizonte nacional, gracias al patrimonio cultural, cultual, material y personal que aglutina el pastor diocesano. Todo un proceso que además, se ha visto complementado con la apertura de San Dionisio, que permitirá recuperar la Catedral de Jerez como sede de las solemnidades y pontificales presididas por el obispo y museo diocesano, dejando la parroquia para la centenaria iglesia de la plaza de la Asunción.