Leo Messi, que entró en la segunda parte, supera a su paisano Leandro Gioda con uno de sus variados regates. :: AFP
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Aprobado en el examen anímico

Guardiola dio descanso a Leo Messi pero tuvo que recurrir a él y a Piqué en la segunda mitad porque peligraba el triunfo azulgrana El Barça sufrió para derrotar a un valiente Xerez, pero ganó en autoestima

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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El Barça superó el obstáculo psicológico del Xerez en la lucha por el título de Liga a cuatro días de jugarse la vida en la Liga de Campeones ante el Inter de Milan. Pep Guardiola avisó que costaría derrotar a un colista muy vivo y así sucedió hasta el punto de que tuvo que recurrir en la segunda parte a Leo Messi y Gerard Piqué, reservados de inicio, porque el 2-1 peligraba. Al final bastaron los goles de Jeffren, Henry y Zlatan Ibrahimovic para un 3-1 que el miércoles serviría para ir a la prórroga.

Sin el sancionado Alves ni los lesionados Abidal e Iniesta, Guardiola reservó a Piqué, Busquets, Pedro y Messi, quizás también a Gabi Milito, pensando en la vuelta de la semifinal de la 'Champions' contra el Inter del próximo miércoles, cuando tendrá que remontar el 3-1 de San Siro si quiere estar en la final del Bernabéu.

Al técnico azulgrana no le tembló el pulso pese a que su equipo se jugaba la Liga ante un visitante trampa, el Xerez, colista, sí, pero en mejor momento que la mayoría de equipos de Primera, ilusionado todavía con la posibilidad de salvarse de la mano de Néstor Gorosito.

La valentía de Guardiola tuvo dos caras. En ataque, tocó premio. Jeffren, el canterano ambidiestro, venezolano, una bala para entrar por cualquiera de las dos bandas, logró el 1-0 en el minuto 13 con una genialidad de crack. Condujo el balón con la derecha hasta la línea de fondo tras un regate en el suelo a Casado y batió a Renan sin ángulo y por alto con la zurda. El desparpajo de Jeffren animó a los alicaídos Ibrahimovic y Henry hasta el punto de que el sueco, tras un gran pase de Keita, regaló el 2-0 al ariete francés en el minuto 23.

Pésimos en defensa

Pero en defensa el riesgo asumido por Guardiola tuvo castigo. Con Puyol de lateral derecho por la sanción de Alves, alinear a Chygrynskiy como central es lo más parecido a jugar con fuego. El solo estropeó la fiesta con dos cesiones suicidas: la primera la solucionó Valdés con los pies por milímetros, pero la segunda se la encontró Bermejo, que logró el 2-1 en el 24 con un impresionante disparo con la diestra.

El gol del Xerez intranquilizó al Barça y a la afición del Camp Nou, cuya paciencia con Chygrynskiy e Ibrahimovic tiene un límite. El colista se creció y Víctor Valdés evitó el empate antes de descanso con valentía ante Sidi Keita.

La segunda parte acabó como la primera, con un Barça nervioso, demasiado responsabilizado y regalando opciones de gol al contrario. Valdés entregó un balón a Orellana, aunque luego reaccionó con una buena intervención a su disparo. Y repitió poco después blocando un cabezazo a bocajarro de Bermejo tras una excelente acción ofensiva del Xerez, que combinaba ya mejor que el Barça.

El desaguisado comenzaba a ser tan grande que Pep Guardiola llamó a filas sin apenas calentar a Messi y Piqué, que entraron en el minuto 52 con carácter de urgencia por Jeffren y Márquez, se supone que para no 'matar' a Chygrynskiy e Ibrahimovic.

Apenas habían tocado el esférico, pero su presencia debió tener un efecto balsámico en sus compañeros porque en el minuto 55 Ibrahimovic logró el tercero aprovechando con oportunismo una asistencia de Yaya Touré, que fabricó la jugada por su cuenta y prácticamente finiquitaba el partido.

El sueco jugó sus mejores minutos tras el gol, mostrando ese orgullo que el Barça necesitará el miércoles ante el Inter, aunque Renan le paró el 4-1 en un mano mano. Al final el Xerez perdió los nervios sabiéndose casi en Segunda y Alustiza y Orellana fueron expulsados por entradas desproporcionadas a Messi y Bojan.