«No me dieron tirantes»

José Emilio Pacheco, de 70 años, protagonizó la anécdota de la jornada. Al entrar en el Patio de los Filósofos le estaban esperando -para 'ametrallarle'- un regimiento de cámaras y fotógrafos. Con el bastón en la mano les miró. Seguidamente hizo un brusco movimiento para levantarse los pantalones del chaqué, que se le acababan de caer. Rogelio Blanco le ayudó en el embarazoso momento y se retiraron por una escalera. Minutos después, Pacheco salió con los pantalones bien sujetos y se dirigió a todas esos fotorreporteros que, rapidísimos de reflejos, captaron el instante.

«No me dieron tirantes para los pantalones», se disculpó. «Lo que me ha pasado ha sido un buen argumento contra la vanidad». Emulando en rapidez de reflejos a los cámaras y fotógrafos, el poeta mexicano salió del trance de una manera natural, coloquial y elegante, tal como es él, en vida y escritura. «Por unos momentos te crees alguien y de repente eres un ser humano como otro cualquier», apostilló.

Sujetándose en el brazo de la Reina, José Emilio Pacheco recorrió las dependencias de la universidad alcalaína y compartió un cóctel con los invitados. A la salida, la tuna le cantó 'Jalisco no te rajes' y 'Adelita'. El flamante ganador del Cervantes escuchó y sonrió. «Ha sido muy emocionante y hermosa la ceremonia, pero me siento cansado, no tengo facilidad para desplazarme», concluyó.