¡Aupa Xerez!

Dicen que el vestuario se ha conjurado para vencer en el Camp Nou y poder seguir soñando con el milagro. Los resultados de esta segunda vuelta en la que el Pipo Gorosito está al frente, si se pudieran extrapolar a la primera parte de la Liga, nos colocarían en medio de la tabla, lejos del descenso y en una cómoda posición para jugar tranquilos y sin presiones. Pero está visto que en este Jerez de nuestros amores y desamores sólo nos activamos en las situaciones límite, y sólo con ellas damos el empujón hacia la salvación. Mi amigo Alvarito Ojeda también cree en los milagros, y el otro día, subrepticiamente y en un lugar tan atípico como un Mercadona, realizaba una crónica por teléfono móvil para Radio Marca en la que desbordaba optimismo, crónica que, dicho sea de paso, culminó dándome paso para la emisora, y retransmitiendo mi cesta de la compra y las marcas de mis productos. En fin, sello Ojeda cien por cien. A lo que iba. Que soplan vientos de triunfo de David frente a Goliath, de gesta épica, de alcanzar esa tierra prometida de la permanencia en primera que nunca debió escaparse tanto como se ha ido escapando, con la irremediable colaboración de algunos soplapitos hispanos que han arbitrado de juzgado de guardia. Pero ahora nos llega el momento de la gloria o del hundimiento definitivo, y aunque Barcelona no es Madrid y cae más lejos, y no conocemos que haya jerezanos de la diáspora en la capital condal, tendremos que jugarnos el todo o nada frente a uno de los mariscales del fútbol español, español a pesar de que su impresentable presidente Laporta sueñe con una Cataluña nacional con barretina, versión catalana de la tradicional boina pueblerina. El Xerez se nos va a Barcelona con sus bulerías frente a la sardana, con su berza frente al pantomaca y con Moraito frente a Lluis Llach. A ver si le baila al todopoderoso una pataita con arte, y el Pipo se desmarca con una estrategia de tango de arrabal que meta un gol de alegrías hasta el fondo de la portería azulgrana. Así, podremos seguir soñando con un equipo de Primera, y a ver si de una p. vez comenzamos a hacer las cosas bien desde el principio y a no dejarlo todo para el final. ¡Aupa Xerez!