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Gordon Brown saluda a un grupo de alumnos al llegar a un colegio de Brighton donde mantuvo un encuentro con ellos. :: AP
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Los 'tories' se recuperan del susto

Los conservadores confían en su petición de voto por el cambio para convencer a los indecisosLos sondeos apuntan a que Cameron ha enjugado en el segundo debate electoral la ventaja lograda por el liberal Clegg en el primero

ÍÑIGO GURRUCHAGA CORRESPONSAL
LONDRES.Actualizado:

El debate televisado de la noche del jueves entre los líderes de los tres partidos británicos habría confirmado que el ascenso súbito de los liberaldemócratas se ha amortiguado y permite a los conservadores de David Cameron confiar en la recuperación de la ventaja que habían perdido en los sondeos a los largo de la semana.

El primero, celebrado hace nueve días, cambió las certezas de la campaña en Reino Unido. Era común hasta ese día creer que Cameron sería primer ministro el 7 de mayo, a pesar de que su ventaja de veinte puntos hace un año y medio ha ido reduciéndose hasta los cinco. Se aireaba también por eso la posibilidad de un Parlamento en el que ningún partido tuviese mayoría. Los conservadores confiaban sin embargo en su petición de voto por el cambio, calculado para invocar en los electores indecisos la idea de que su apoyo no podía mantener en el Gobierno a un partido que lo ocupa desde 1997 y a un primer ministro que tiene la estampa de hombre exhausto incluso en sus mejores días.

Los ciudadanos realmente quieren el cambio y, tras el primer debate televisado en la historia electoral británica, la popularidad del tercer partido en discordia en los últimos setenta años registró cotas inéditas en tiempos recientes. Su líder, Nick Clegg, fue declarado como claro vencedor e incluso como posible líder del Ejecutivo. El jueves tanto el primer ministro Gordon Brown como el conservador Cameron fueron menos condescendientes con Clegg, a quien criticaron con acidez, en el caso del laborista, por su política favorable a no financiar un nuevo programa de misiles nucleares. Hubo también menos de la mitad de telespectadores que la semana pasada (cuatro millones frente a 9,4) que siguieron el enfrentamiento a tres bandas y un sondeo de la televisión que lo transmitió dio como resultado un empate a 33% entre Cameron y Clegg, quedando Brown tercero con el 28%.

La empresa de sondeos YouGov presentó ayer sus resultados más recientes, anteriores al debate: los conservadores cuentan con un 34% de los votantes de su lado, los laboristas con el 29% y los liberales el 28%. Es uno de los pocos sondeos que en la última semana da a los laboristas la segunda posición, porque la mayoría de encuestas sitúa al partido de Brown en la tercera.

Arenas movedizas

Los candidatos se mueven sobre arenas movedizas. Las elecciones asigna un solo diputado por cada una de las 650 circunscripciones. La mayoría en la futura Cámara de los Comunes depende por tanto de hacia dónde se deslizan los votos en aquellas en las que hay habitualmente menos diferencia entre los candidatos que aspiran a ese escaño. Los sondeos dicen que ésta es una elección casi a tres y los aspirantes a diputados no tienen datos sobre quiénes son los votantes que se van hacia el apoyo a los liberales. Las sumas y restas en cada circunscripción son ahora menos previsibles que en el pasado y los debates frente a las cámaras, primicia de esta campaña, ocupan un papel central.

Queda un debate, el del próximo jueves, en el que al menos la mitad de las preguntas de la audiencia será sobre temas económicos, y los partidos disputaron ayer sobre sus programas de política en ese campo, que es el asunto con el que empezó una campaña que se prometía anodina. El consenso entre los analistas es que lo ocurrido en los últimos días hace más probable que los comicios del 6 de mayo no ofrezcan una victoria conservadora con mayoría suficiente para formar un Gobierno que podría legislar sin pactos con la oposición.