La celebración del pregón tuvo lugar ayer en la bodega de la Concha, que presentó un aforo completo. :: ESTEBAN
Jerez

Los Doñana dibujan un camino idílico para pregonar la romería del Rocío

La Concha se quedó pequeña un año más en la tradicional cita previa a la salida de la hermandad de Jerez de Santo Domingo

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Un auténtico espectáculo, un pregón con duende, con arte, con música. Un pregón rociero, realizado por gente rociera, para cristianos rocieros. Un pregón que, sin ser el pregón al que estamos acostumbrados, supo enganchar a los devotos de la Blanca Paloma que quisieron llenar la bodega de la Concha, sede un año más de la cita.

Presentado por Álvaro Domecq, comenzó el pregón con música, no podía ser de otra manera. Música y de la buena, porque Los Doñana llenaron con sus letras y sus gargantas los corazones de unos romeros que ya piensan en ponerse los botos y echarse a caminar por las arenas del Coto de Doñana, esas arenas que este año más que nunca se han hecho especialmente eternas.

Dibujaron los pregoneros un camino idílico, y comenzaron el pregón con su particular toque de alba, ese tamborilero que rompe el silencio de la mañana de cada jornada de camino. Y una defensa, por si alguien lo dudaba, de que conocen Jerez, de que sienten nuestra tierra, de que son de aquí, de que son gente de ley. «Por Los Doñana, por mi cultura, por mi familia y mi gente, conozco bien esta tierra. Y he tenido mucha suerte; he escuchado a Terremoto, he escuchado a La Paquera, he trabajado con Lola, he escuchado a Tío Borrico, también escuché al Sordera. Los Lances de Rafael son tercios de soleares, lamentos de seguidillas son sus largos naturales. Yo he visto cuajar un toro al maestro Rafael. Gitano de yunque y fragua, el arte brota en su piel. Dios lo puso en esta tierra para la gloria de Jerez».

Desde la introducción se fueron metiendo en el bolsillo a un público que esperaba, cómo no, ansioso que los Doñana, con José Antonio Muñoz Alcón al frente, cantaran algunas de las sevillanas míticas del Rocío. Y sorprendieron, musicalizando incluso un Ángelus y recorriendo de manera simbólica las esquinas del camino de la hermandad de Jerez. Santo Domingo, el precioso acto en San Juan de Dios, Ventosilla, Sanlúcar, Malandar, Carbonera... Todo fue apareciendo en un pregón precioso que tuvo tiempo de acordarse incluso de los que ya no están, con un emotivo Padrenuestro cantado que puso el corazón del respetable a más pulsaciones por minuto de las deseables.

Un pregón que terminó acordándose del Lunes de Pentecostés, de la salida de la Virgen en la Aldea, de la propia casa de hermandad de Jerez en el Rocío, y que consiguió su objetivo de manera pulcra. Pregonó, alentó y emocionó a los romeros, que ya sueñan con las marismas y con la Ermita dibujada al fondo.