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El primer ministro griego, Yiorgos Papandreu, enciende una vela, ayer, en una iglesia de la isla de Kasterolizo. :: EFE
Economia

Grecia pide socorro para evitar la quiebra

Alemania, el principal país contribuidor, exige a la Comisión y al BCE que sopesen si el euro corre peligro antes de lanzar la operación El Gobierno heleno solicita a Europa y al FMI activar el plan de rescate para no caer en bancarrota

CÉSAR CALVAR
MADRID.Actualizado:

Grecia, el país del euro más perjudicado por la crisis financiera, que ha situado su economía al borde de la bancarrota, lanzó ayer su esperada llamada de socorro a los estados de la eurozona y al Fondo Monetario Internacional (FMI) para que la salven de la quiebra. Agobiado por los mercados, donde su deuda soberana se hundió el jueves hasta niveles desconocidos después de que Eurostat elevara al 13,6% del PIB su déficit público de 2009, el Estado heleno solicitó al fin la activación del mecanismo de rescate para no caer en la insolvencia.

«La activación del mecanismo es una necesidad nacional, y por esa razón he ordenado al ministro de Finanzas que haga todas las gestiones necesarias», declaró en directo por televisión el primer ministro griego, Yiorgos Papandreu, desde una isla del mar Egeo poco antes de que su responsable económico, Yiorgos Papaconstantinou, partiera hacia Washington, donde tiene previsto entrevistarse hoy con el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn.

El jefe del Gobierno heleno explicó a sus compatriotas que «nuestros socios (de la zona euro) harán lo necesario para enviar a los mercados el mensaje de que la Unión Europea no juega y está protegiendo al euro». Su petición de auxilio tuvo, en general, una buena acogida. La Comisión Europea y el FMI se apresuraron a contestar que la demanda de Atenas será atendida con prontitud. «Estamos preparados para actuar rápidamente», sentenció Strauss-Kahn a través de un comunicado.

Esos gestos consiguieron, al menos momentáneamente, aplacar a las bolsas: el diferencial del bono griego a diez años respecto del alemán (bund) cayó hasta los 530 puntos básicos, después de que el jueves pasado alcanzara los 611 puntos. Asimismo, se abarató el coste de asegurar los bonos griegos frente a eventuales impagos. El euro, a su vez, recuperaba parte de su fortaleza perdida frente al dólar.

Pero no todo fueron alegrías. Alemania, principal país contribuyente al eventual rescate de Atenas y cuya opinión pública es mayoritariamente hostil a la operación, se encargó una vez más de rebajar la euforia.

La canciller federal, Angela Merkel, declaró en Berlín que las autoridades europeas deben sopesar si la estabilidad de la moneda europea está amenazada antes de activar el plan de ayuda. Además, insistió en que Grecia tiene que poner sobre la mesa un plan de austeridad «creíble» «Una vez que presente un plan, la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI tendrán que determinar si existe una situación en la que la estabilidad del euro en su conjunto impone acordar un programa de ayuda», señaló.

45.000 millones

El mecanismo de rescate, acordado el pasado 25 de marzo en Bruselas por los líderes del Eurogrupo, prevé la concesión de préstamos a Grecia por importe de 45.000 millones de euros. De ellos, 30.000 millones serán aportados en 2010 por los países de la zona euro, con un tipo de interés calculado en el entorno del 5%. Los 15.000 millones restantes los aportará el FMI.

La puesta en funcionamiento del plan requiere unanimidad de los 16 países socios de la moneda única, previa evaluación de la Comisión Europea y del BCE. En una tercera etapa, en algunos estados como Alemania, Francia o España correspondería a los parlamentos nacionales dar el visto bueno al procedimiento. Ese trámite, no obstante, no tendría por qué impedir un rápido desbloqueo de los fondos comprometidos con Atenas.

Pese a las reservas expresadas por Alemania, el portavoz de Asuntos Económicos de la Comisión Europea, Amadeu Altafaj, declaró que el rescate podría estar en marcha en «cuestión de días».

La deuda pública del Estado griego está estimada en casi 300.000 millones de euros, el 115,1% del PIB (y alcanzará el 120,4% en 2010, según todas las previsiones). El país balcánico deberá desembolsar unos 30.000 millones de aquí a finales de año. De ahí la necesidad imperiosa de financiación para alejar el peligro de bancarrota.