La agresión
Actualizado:Ocurrió a plena luz del día. Aún no era las dos y media de la tarde. Su familia lo esperaba para comer, después tenían previsto ir a Chapín, a ver el Xerez- Racing de Santander. La bufanda y sudadera de su equipo del alma ya aguardaban en su cuarto; pero las cosas se torcieron.
Llamaron a la puerta y el hijo, acompañado de su amigo, apareció en el rellano de la escalera con la boca cubierta de sangre; el labio superior estaba partido y el de abajo reventado. Se sostenía la sangre con las manos, así que ésta corría por los brazos de forma escandalosa, manchando la camiseta y los vaqueros.
Los padres y la hermana asustados preguntaban: «¿qué había pasado?». La madre, mientras escuchaba lo abrazaba. El hijo, de 16 años, relataba lo que las heridas de la boca le dejaban. «Me han agredido. Unos tíos, que nos habían estado siguiendo e insultando desde el coche, se bajaron de pronto y uno de ellos vino hacia mí y con el puño cerrado, tenía un anillo gordo de esos de oro, comenzó a darme puñetazos en la boca. Sabía donde pegar». Después de la inesperada acometida le robó su apreciada gorra de skate. Eran tres; el mayor no participó de la paliza pero contemplaba la escena sin inmutarse al igual que una chica que reía dentro del coche. Debería hacerle mucha gracia ver como pegaban a un adolescente indefenso. Ellos eran tres violentos macarras con coche para huir, por si las cosas se ponían feas. El menor ataca, se saben la ley al dedillo, y los mayores instigan para que actúen. Esta vez robo con agresión y lesiones. Pero según le dijeron. «Un mal menor para lo que podías haber recibido si repeles el ataque o hubieran utilizado arma blanca». No, si encima vamos a tener que dar gracias a los escorias de la sociedad, o. tengo que escribir ingratos o desalmados, por si acaso alguien se ofende. La víctima contó a la policía cómo eran los sujetos, modelo y color del coche. Lo han llamado varias veces y ofrece con aplomo todos los datos que le van solicitando, aportando otro dato: «las cámaras de tráfico, instaladas en esa zona de tránsito, podrían haber recogido el paso del coche» y hacer así más fácil la identificación de los individuos. Hasta ahora el equipo de investigación, muy amables y atentos, siguen haciendo su trabajo. Si los encuentran y el hijo de mi amiga identifica por fotos a los agresores ¿qué les pasará? Seguirán en la calle sin nada bueno que hacer. Al final su destino será el que ellos se busquen. Pero la gente honrada en ocasiones se los encuentran y se juegan el suyo. Para finalizar quiero hacer una llamada de atención a los responsables, es decir el Ministerio del Interior. Jerez necesita con urgencia la nueva Comisaría. Sus instalaciones actuales dejan mucho que desear, incluso hay zonas inhóspitas para el trabajo de los agentes y visita obligada de los ciudadanos, como es la oficina de denuncias. Por otro lado felicitar a la Policía Nacional por su trabajo y atenciones.