El juicio tuvo lugar en la Audiencia Provincial de Jerez hace poco más de una semana. :: CRISTÓBAL
Jerez

No hay culpables del botellazo por el que un policía perdió el ojo

El juez absuelve al único imputado por el caso y considera que no existen pruebas de su participación en los hechos denunciados

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Las contradicciones y lagunas que salieron a la luz durante el juicio han dado sus frutos, y el juez ha mostrado la imposibilidad de establecer un culpable del botellazo que en la Feria de 2008 le costó un ojo a un policía antidisturbio. En menos de una semana, la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Jerez ha dictado sentencia absolviendo al único acusado, M. A. F, al carecer de pruebas suficientes para establecer su participación en los hechos.

En la sentencia, a la que LA VOZ ha tenido acceso, consta como hechos probados que el 1 de mayo del citado año varios policías nacionales acudieron al recinto ferial ante un aviso de que se estaba produciendo una reyerta. Cuando llegaron al lugar, no se percibió pelea alguna si bien los agentes fueron recibidos con piedras, botellazos y objetos diversos.

Cuando se acercaron a la caseta La vaca de lunares, sobre las 06.40 horas, alguien lanzó una botella que impactó en el pie de la víctima, Miguel Ángel Muñoz, y que al terminar de golpear contra el suelo se rompió en pedazos y un trozo de cristal se introdujo en la visera que llevaba el profesional, alcanzándole el ojo derecho.

Si bien se trata de un hecho innegable que efectivamente sucedió, y prueba de ello es el daño irreversible producido al perjudicado, en la sentencia el juez afirma que no se ha probado la culpabilidad del imputado. Aunque tacha de «altamente reprochable» la ausencia de respeto hacia los agentes, recuerda que la presunción de inocencia deja en manos de la acusación particular la demostración de que efectivamente el procesado es el culpable.

Sin embargo, el desarrollo del proceso ha dado lugar a la aparición de «serias dudas» de la participación del mismo en la agresión, pues cabe recordar que la inmensa mayoría de testigos no fue capaz de situarle en la escena del delito. Un escenario en el que reinaba un «caos total», según las declaraciones recogidas, protagonizado por personas que huían en todas direcciones al ver llegar a los agentes.

Aunque es cierto que se produjeron varias altercados antes de que éstos entraran en el recinto, en el fallo se asegura que la tranquilidad imperaba cuando se acercaron a la citada caseta. Por tanto, incluso aunque alguien hubiera visto al imputado arrojando una botella, no se descarta que ocurriera antes de que sucedieran los hechos denunciados.