Una mujer deposita unas flores durante un homenaje a la joven fallecida. :: ROMAN RÍOS
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El autor confeso de la muerte de Loli Amaya se enfrenta a 28 años de cárcel

La familia de la joven revivirá lo ocurrido hace más de dos años a partir del 10 de mayo, fecha de inicio del juicio con tribunal profesional

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Su muerte sirvió para que un movimiento social surgiera en Conil clamando por un endurecimiento de las penas que castigan los delitos más graves y su cumplimiento íntegro. La joven Loli Amaya fue el estandarte de una plataforma que llegó a recoger más de 200.000 firmas a favor de sus demandas. Pero la familia de la joven dependienta también pedía que el juicio al único acusado del crimen no tardara en exceso en llegar. Ya hace más de dos años de la muerte de la chica en una colchonería de Chiclana y el horizonte de la vista oral se despeja para sus allegados. Será el 10 de mayo cuando arranquen las sesiones en la Audiencia Provincial, donde un tribunal profesional y no un jurado, decidirá.

El meollo del debate que surgirá entre defensa y acusaciones parece que estará en el estado mental del acusado, José Manuel J. S., y si éste fue determinante para que asestara supuestamente tres puñaladas a la joven en el interior del establecimiento donde trabajaba, y al que había entrado a robar tras haber pegado otro palo tres horas antes en una tienda próxima. La Fiscalía solicita una pena severa de 28 años de prisión -19 por asesinato y otros nueve por dos robos con intimidación- y descarta que su trastorno paranoide de la personalidad le influyera a la hora de cometer un crimen del que terminó confesando. Eso sí, su declaración inicial estuvo cuajada de detalles fantasiosos e irreales como cuando aseguró que una mano invisible le despertó entre sueños y unas voces le incitaron a que se deshiciera del arma homicida. El cuchillo de cocina empleado en el asesinato fue localizado en el río Iro, donde él mismo condujo a los agentes de la Guardia Civil tras ser detenido.

Influencia mental

En cambio, la defensa tratará de que el tribunal reconozca la influencia de un enfermedad mental para obtener una rebaja significativa de la pena en el caso de ser condenado.

El relato de los hechos que hace el representante del Ministerio Público en su escrito de acusación no arroja ninguna novedad que haya estado oculta a lo largo de la instrucción del caso. Sostiene que el Día de los Enamorados de 2008, José Manuel J. S. entró en una tienda de ropa del centro de Chiclana donde se encontraba sola una dependienta y poniéndole un cuchillo de 20 centímetros de hoja en el cuello, consiguió que le entregara 150 euros. Esta mujer fue esencial en el arresto del procesado, ya que lo identificó días después cuando pasó por delante del negocio. Una llamada rápida a la Guardia Civil se tradujo en la detención de José Manuel a los pocos minutos y al hallazgo de las ropas que vistió días antes, manchadas aún de sangre, en su vivienda.

El fiscal defenderá en la vista oral que el acusado seguía un plan previamente concebido por el cual volvió a entrar en una segunda tienda a las nueve de la noche del mismo día para repetir la misma secuencia. José Manuel J. S. reconoció ante el instructor que al gastarse el botín del primer atraco decidió cometer un segundo.

Supuestamente eligió un mismo escenario: un establecimiento vacío de clientela y una dependienta sola. «Se acercó a ella y esgrimiéndole el cuchillo le exigió que le entregase la recaudación y una vez le fue entregada parte de ella, con la intención de causarle la muerte y de manera súbita, que imposibilitó cualquier tipo de defensa, le propinó un pinchazo». El fiscal relata cómo la joven recibió otras dos puñaladas más que acabaron con su vida.