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Economia

Faine defiende que cada caja pueda optar a un traje a su medida

El presidente de la Confederación de Cajas de Ahorros se propone acelerar las fusiones para que estén cerradas en sólo tres meses

M. J. ALEGRE
MADRID.Actualizado:

Las cajas de ahorro no pueden perder un minuto, dada la situación en que se encuentran. El recién nombrado presidente de la Confederación (CECA), Isidro Fainé, se declaró ayer dispuesto a acelerar al máximo las fusiones ya en marcha de este sector para que puedan estar cerradas en tres meses, y tratará de que cada entidad pueda disponer de un traje «a su medida» tanto en los procesos de integración como en la manera de captar los recursos de capital necesarios.

Tras la tormentosa sesión de hace un mes, el nuevo consejo ejecutivo de la CECA se presentó a los medios en formación compacta, y el presidente Fainé resaltó este carácter de unidad. Dijo que le habían bastado cinco minutos para entenderse con Amado Franco, candidato rival y ahora vicepresidente primero, y darse cuenta de que compartían los mismos principios. Que las cajas sigan fomentando el ahorro, defendiendo la obra social e invirtiendo a largo plazo en muchísimas empresas de sus territorios son las aspiraciones comunes, resumió Fainé.

Fainé está dispuesto a desempeñar la totalidad del mandato de cuatro años y a compatibilizarlo con la presidencia de La Caixa y los consejos de los que forma parte.

«No tengo nada de supermán, pero soy inteligente en la administración de mi tiempo», dijo. Explicó que en las empresas suele desempeñar el puesto de vicepresidente, y no de gestor, lo que le permite vigilar «que los proyectos se realicen». El nuevo presidente evocó que, en estos tiempos de vacas flacas, cuando el margen financiero se estrecha por los bajos tipos de interés, las cajas necesitan alcanzar masa crítica y por eso han emprendido procesos de integración, para los que defendió la existencia de «soluciones diversas». Algunas fusiones frías o SIP están a la espera de que el Gobierno admita que la cúpula común pueda adoptar la fórmula de una agrupación de cajas, además de un banco o una caja de ahorros, porque entienden que este procedimiento profesionalizaría la entidad sin introducir mayor complejidad, como ocurriría si tuviera que replicarse la representación de los diferentes sectores.

Las cajas también reclama flexibilidad en los métodos para captar capital. Querrían emitir cuotas participativas con o sin derechos políticos, pero también quitarse el corsé de otras regulaciones. Piensan en fórmulas imaginativas como la transferencia de negocios a un banco filial que, gracias a su estructura, obtendría directamente en el mercado recursos propios. Las que tienen una cartera industrial tendrán a su alcance seguir el modelo de La Caixa con Criteria en la medida en que la situación económica se recupere.