Salinas de San Vicente abogan por su carácter tradicional. :: Ó. CH.
SAN FERNANDO

La esperanza de la salina artesanal

Los salineros se muestran expectantes por esta decisión tomada en el Senado que busca hacerlos más competitivos Aprueban un cambio en la norma comercial que distingue la exclusividad del sector

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«Este paso es importante porque se recogen productos que ya existen y que son únicos y referentes de las salinas artesanales. Es el caso de la flor de sal, la sal de espuma o la sal artesanal. Esto permite a la salina artesanal ser competitiva dentro del mercado, aunque aún queda mucho camino por recorrer». Es la valoración que realizaba Manuel Ruiz, propietario de la conocida salina de San Vicente, ante la aprobación unánime de la Comisión de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca del Senado de modificar la normativa en relación con la comercialización de los productos derivados de la obtención no industrial de la sal, a propuesta de los socialistas.

Hace unos meses el sector lanzó un grito de ayuda por la situación que estaban padeciendo las salinas artesanales ya que el actual reglamento sanitario no recogía la comercialización de sus productos más característicos. Esto les cerraba las puertas a la nueva tendencia que ha abierto la cocina de innovación que ha comenzado a introducir la flor de sal en los platos ante su textura y sabor.

Precisamente este era el principal argumento del senador socialista por la Comunidad Autónoma de Andalucía, Luis García Garrido, para pedir el apoyo del resto de grupos parlamentarios. «Las salinas artesanales y sus productos derivados con menor cloruro sódico y mayor composición de oligoelementos son muy demandados en el contexto nacional e internacional, y la legislación española impide con la anterior normativa que el mercado nacional pueda ser competitivo», explicaba Garrido.

La propuesta que se ha aprobado en la Comisión establece, en primer lugar, modificar la actual normativa vigente para posibilitar la comercialización de sales con contenido inferior en cloruro sódico al establecido actualmente, en aquellos productos obtenidos por métodos no industriales, informando al consumidor de dichos contenidos. García Garrido ha recordado que en los últimos años se han perdido muchas salinas artesanales y que, con esta nueva medida y una buena gestión en la comercialización de estos productos, se podría empezar a tener rentabilidad económica en la explotación de las salinas artesanales fortaleciendo, de esta forma, el sector y haciéndolo más competitivo.

Los salineros prefieren no lanzar las campanas al vuelo y ser menos optimistas debido al año que han sufrido, pues a la crisis y a los problemas de comercialización se ha sumado el mal tiempo que ha arrasado las cosechas. «De todos modos era un paso necesario pero tenemos que ir poco a poco. Esto no quiere decir que las salinas artesanales estén salvadas, aunque sí es cierto que se ha dado un salto muy importante porque existe una demanda real de los productos que de forma natural se producen en las salinas», subrayaba Ruiz.

La mejora de la competitividad de las salinas lleva aparejada la recuperación del cultivo tradicional de la sal y la recuperación medioambiental de todo el espacio de las salinas. No hay que olvidar que se recuperaría una actividad con una gran tradición antropológica y cultural de suma importancia en algunos territorios como es el caso de la Bahía y en especial de San Fernando. De hecho, la salina San Vicente se posiciona como una de las referentes en la producción de flor de sal.

«Hay mercado suficiente para este tipo de sal. Hay esperanza para las salinas artesanales y ahora sólo hay que esperar que los trámites se realicen con la máxima premura adecuándolo a las exigencias de los salineros», finalizaba Ruiz.