Doce años sin Irigoyen
Actualizado:Hoy se cumplen doce años de la desaparición de Manuel Irigoyen. El ex presidente del Cádiz dejó de existir un 19 de abril del 98, víctima de un infarto de miocardio cuando se dirigía a Chiclana conduciendo su propio vehículo. El trágico desenlace se produjo a las 14:30 horas en el punto kilométrico 1,800 de la carretera N-340, prácticamente al comienzo de la autovía de Chiclana. En ese momento sufrió una parada cardiorespiratoria. Tenía 65 años de edad, de los que quince se los dedicó al Cádiz. Irigoyen se quedó en banderillero, pero fue un hombre ahorrador y tras las actividades taurinas se dedicó a la construcción. Con él en la presidencia el Cádiz vivió los días más gloriosos de su historia: se mantuvo nueve años consecutivos en Primera División y fichó al mejor jugador que lució la elástica amarilla de toda su historia: 'Mágico' González. Pero por lo que más es recordado Irigoyen es por el milagro que hizo de mantener a su equipo en Primera División, en contra de todos los pronósticos, a pesar de su modesta economía. Nunca se arredró ante las adversidades y a cada problema le buscó una solución. Una de ellas, la más original y sorprendente, fue inventar una fase final, la llamada liguilla de la muerte, no prevista al principio de la competición, en la temporada en la que el fútbol imitó al baloncesto con los llamados 'playoffs' y con ello salvó a su equipo que hubiera debido descender automáticamente, como deportivamente le correspondía al haber quedado último. En una de la temporadas de mayor apuro para salvar al Cádiz logró lo más difícil; que no descendiera su equipo y lo hiciera un grande, el Valencia. También fue miembro de la junta de la Federación Española de Fútbol durante los mandatos de Porta y Roca. Irigoyen dejó de presidir el Cádiz cuando nacieron las sociedades anónimas. Fue un buen dirigente y un hombre que ganó simpatías para sí y para su club.