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LAS CLAVES

Pólvora mojada en Chapín

Mario Bermejo e Iván Bolado no mostraron ayer su condición de goleadores en Jerez

BORJA FERNÁNDEZ
JEREZ.Actualizado:

Historias paralelas la de los dos 9 que ayer se cruzaron en Chapín. Con 17 años, un jovencísimo Mario Bermejo causaba sensación con sus goles en El Sardinero. Ahora, otro joven y espigado delantero, Iván Bolado, intenta hacer lo propio en el Racing. Duelo de canteranos con la pólvora mojada en el municipal jerezano en una tarde poco propicia para los lujos. Mario Bermejo, que llegaba al encuentro ante su ex equipo en racha goleadora, volvía a estar acompañado de Míchel, lo que suponía jugar más pegado a la banda. No defraudó el cántabro, luchador como siempre y sacando faltas a los centrales del cuadro dirigido por Portugal.

Bolado, que aprovechaba una semana más la ausencia de Canales, se mostraba más desaparecido, como si la historia no fuese con él. El conjunto racinguista prefería actuar por banda y apoyarse sólo en Tchité, dejando al canterano en el oscurantismo de esa zona de tres cuartos que nadie quiere.

Por su parte, Mario Bermejo hacía lo que le pedían desde el banquillo. El cántabro, que con su trabajo dejó claro desde el primer minuto que no tenía el corazón dividido, apenas tuvo protagonismo en el área rival y las ocasiones brillaban por su ausencia. Pero con el descanso cambió bastante el guión. En sólo 10 minutos, Iván Bolado tuvo el protagonismo que no había tenido en toda la primera parte. El joven delantero del Racing se convirtió en la referencia en ataque y, aunque solía fallar cada balón que tocaba, llevó por el camino de la amargura a la defensa azulina. Tanto, que en el minuto 9 de la segunda mitad provocó un penalti que ponía por delante al cuadro racinguista. Poco más, ya que se marchó a la ducha segundos después con el deber hecho, aunque mal.

En cuanto a Bermejo, el otro 9 del partido también pudo ser protagonista. El goleador azulino tuvo la victoria local a diez minutos del final, con una de esas jugadas que no suele fallar. Cabezazo que se marchó y que dejó a las claras que ayer, los delanteros santanderinos tenían la pólvora mojada.