A la caza del mueble barato

Directa o indirectamente, muchos jerezanos tienen ya en mente acudir a su cita con la nueva tienda que la multinacional sueca Ikea va a abrir en la ciudad de Jerez. Lo dice la propia compañía, que según sus encuestas y estudios calcula que el 96% de los gaditanos tiene intención de visitas sus instalaciones. Y en buena parte de los casos, es uno de los cónyuges es el que toma la voz cantante y arrastra al otro a la aventura.

Es el caso de Federico Morales, que ayer explicaba a este medio que «mi novia me va a obligar a ir, de eso no hay duda». Tal vez sea una excusa o una realidad, pero lo cierto es que este jerezano, pese a reconocer que va a acudir a la tienda, también confiesa que «no me causa demasiado furor su apertura».

Pero cuando uno está mirando pisos para comprar y para iniciar una vida en común con la pareja -como es el caso de Federico-, el guión marca que hay que comparar ofertas, buscar las más competitivas y recabar ideas para decorar. Y para todo eso, Ikea es un paraíso.

Eso sí, este joven tiene muy claro que «no se me ocurrirá acercarme hasta que pasen unos días y acabe la locura de la inauguración».

Y es que la expectación ante la apertura del complejo de Ikea es considerable, aún más si se tiene en cuenta que la compañía no ha dejado de poner señuelos para ello: es la tienda más grande de la comunidad autónoma con 33.000 metros cuadrados, cuenta con restaurante para toda la familia y zona infantil de juegos, además de otra de descanso, y por si fuera poco al primer cliente que acuda el martes a la tienda con una estrofa de cante flamenco que hable sobre la cadena se le premiará con una tarjeta regalo de 600 euros. Para los más atrevidos, los que den el paso de grabar un vídeo con su canción y subirlo al grupo de Facebook de Ikea Jerez, habrá la posibilidad de ganar una de las tres tarjetas de 1.500 euros cada una.

Por todo eso, pero sobre todo porque la marca Ikea ya congrega multitudes, parece probable que los 1.600 aparcamientos que tiene el espacio comercial se queden cortos ante la masiva afluencia.

La que seguro que no irá ese primer día es Pilar Corzo, que ayer comentaba que «no soy muy de Ikea, no me provocan demasiado interés sus productos, y por ahora no he ido a ninguna de sus tiendas cercanas, como la de Sevilla». Eso sí, cree que «como todos», acabará visitando la de Jerez, pese a que dice que prefiere «comprar muebles de más calidad, más originales».

Pilar se mostraba ayer optimista respecto al futuro del comercio local del centro tras el desembarco de Ikea, y recalcaba que «tal vez haya un pequeño bajón, pero a los jerezanos nos gusta venir a comprar a las tiendas de toda la vida. A Ikea irá la gente de fuera».

Su amiga Alba Romero piensa de forma parecida, y dice que irá a la tienda de Ikea, pero «para mirar lo que tengan de ropa del hogar o para decorar, que es lo que más me gusta de su catálogo». Alba cree que la multinacional es perfecta para un estudio o para los complementos, pero afirma que «hay otras cosas que no compraría allí». Y tiene muy claro que si va y adquiere muebles «pagaré el suplemento para que me los monten ellos».