La Real Academia Hispano Americana en el BicentenarioXxsxsxsxlllsxsxsxsx xsxsxsxsxsxsxsx
DIRECTORA DE LA REAL ACADEMIA HISPANO AMERICANA DE CIENCIAS, ARTES Y LETRAS Actualizado: GuardarLa Real Academia Hispano Americana de Ciencias, Artes y Letras se siente especialmente impulsada a sumarse activamente a los actos conmemorativos que por diversas instancias se convocan para celebrar el Bicentenario de la Guerra de la Independencia y de la Constitución de 1812, y ello por dos poderosas razones: de una parte, la fidelidad a su misión o, mejor aún, a su vocación fundacional de promover la relación de nuestra patria con las naciones hermanas de ultramar, cuya independencia se nutrió de la misma idea de libertad que inspira nuestro texto constitucional de 1812; de otra, el hecho singular de encontrarse su solar en Cádiz, cuna de la soberanía nacional, donde vio la luz pública, por vez primera, a comienzos de 1910, en plena Conmemoración del primer Centenario de la Guerra de la Independencia y de la Constitución de 1812.
La Corporación americanista, más allá de su función esencial de promover los estudios hispanoamericanos mediante el intercambio de saberes en el seno de su actividad interna, cumple con su no menos importante misión de hacer partícipe a la sociedad de ese conocimiento a través de la celebración de actividades académicas. Los actos organizados por la Real Academia, con ocasión del Bicentenario, coinciden en el tiempo con la Conmemoración del Centenario de su fundación, y dieron comienzo en octubre de 2008, con la celebración de un Seminario de Historia Militar sobre la Guerra de la Independencia.
Como es sabido, la historiografía anglosajona denomina esta histórica contienda como Guerra Peninsular, lo que parece razonable bajo el punto de vista de quienes, bajo el Union Jack, lucharon por la hegemonía mundial en las Guerras de la Revolución y del Imperio. Siendo la nuestra una nación cuyas raíces se hunden profundamente en la Historia, puede parecer insólito que nuestra Historia haya preferido calificarla como «Guerra de la Independencia», pero no puede desconocerse que, en la España de 1808, se dieron cita guerra y revolución. El pueblo español luchó por su independencia contra la invasión extranjera y, para ello, tuvo que reivindicar su soberanía frente quienes, desde las decadentes instituciones del Antiguo Régimen, estaban dispuestos a enajenar la libertad y el honor nacional, sólo para conservar su privilegiada posición social, tratando de justificar su comportamiento con la fidelidad a principios jurídicos ya caducos. Así surgió, no la nación española, cuya vital preexistencia queda atestiguada por el levantamiento popular, sino la conciencia de su soberanía, que la llevó a proclamar, en la Constitución de Cádiz, que «es libre e independiente, y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona».
Al tiempo que proclamaba su soberanía, la nación se reconocía a sí misma, en la propia Constitución, como «la reunión de todos los españoles de ambos Hemisferios». Ya en 1808, las sociedades que en tierras muy lejanas, a uno y otro lado del Océano, constituían la monarquía hispánica habían madurado en la percepción de sus propios intereses, aunque compartiesen los valores fundamentales de una cultura común, acreditados por una Historia compartida. Por ello, aunque la crisis del poder de la Corona propiciase el nacimiento de otras conciencias soberanas en ultramar, el sentimiento comunitario de lo hispano no desapareció en la contienda, sino que sería conservado, bajo el aliento de la libertad inspiradora de nuestro primer texto constitucional, dando paso al concepto de hispanidad. Esa misma libertad alentaría otros textos constitucionales y sigue convocando a los pueblos de nuestra estirpe. Por eso, para la Real Academia Hispano Americana, es una venturosa coincidencia que su fundación tuviese lugar en los días del Centenario de la Guerra de la Independencia y de la Constitución de 1812, acontecimientos patrios que se encuentran indisolublemente vinculados, como, a su vez, también lo están al nacimiento de aquellas naciones hermanas como estados soberanos.
El pasado mes de septiembre, tuvimos ocasión de conocer cómo percibieron aquellos históricos episodios al otro lado del Atlántico. Un congreso internacional, celebrado bajo los auspicios de la Real Academia bajo el título «La Constitución de 1812 y sus repercusiones en América», reunió en Cádiz a historiadores americanistas de España y ultramar para recordarnos la génesis y especificidad del proceso revolucionario en las colonias americanas y el papel que los diputados americanos tuvieron en el proceso constitucional hispano. En el mismo contexto, el pasado 23 de enero, el profesor Miguel León Portilla, de la Universidad de México, académico correspondiente de esta Real Corporación, pronunció un importante discurso en el curso del acto conmemorativo de nuestro centenario, en el que destacó cómo la reunión de las Cortes extraordinarias en Cádiz constituyó un primer y trascendental encuentro entre españoles, hispanoamericanos y filipinos. Pronto celebraremos el segundo, con motivo de la reunión de jefes de estado que tendrá lugar en 2012 en Cádiz, declarada Capital Cultural Iberoamericana.
La visita del profesor León Portilla ha propiciado la oportunidad de revitalizar los lazos que unen a la Academia Hispano Americana de México con su Corporación matriz, la Real Academia Hispano Americana de Cádiz, estando en curso un programa de colaboración entre ambas entidades con motivo del Bicentenario. De esta y otras iniciativas daremos oportuna difusión a la sociedad gaditana, cuya acogida y aliento han sido siempre tan importantes para la Academia que une a su título, con orgullo, el nombre de la ciudad que vio nacer la Libertad en España.