ALLÁ EN EL CIELO
Actualizado:La erupción de un volcán islandés, situado bajo un glaciar, ha perjudicado mucho la paz que se le atribuye a esos altos territorios. La ceniza que ha originado obliga a cancelar miles de vuelos en una docena de países y las nubes de ceniza que no se vea claro nada, así en la tierra como en el cielo. ¿Qué importa que el juez Garzón niegue que no ha cobrado ni un euro del Banco Santander o que los abogados de ETA pasaran datos sobre Rubalcaba a la siniestra banda que cree que matando se pueden arreglar algunas cosas, que sin duda hay que arreglar? Seguimos dependiendo de la llamada Madre Naturaleza, que tiene instintos muy pocos maternales. En sus momentos de malhumor, que los tiene cualquiera, sobre todo cuando alguien nos lleva la contraria, el mundo se nos vuelve especialmente hostil. Nos recuerda que somos unos 'okupas' que nos hemos alojado en este pequeño planeta hasta que nos echen los calendarios o bien los accidentes de circulación, entre los cuales figuran en primer lugar las guerras. Allá en las celestes regiones del cielo ahora no se ve ni torta. Una monumental nube recorre todo, incluso el séptimo cielo.
Las van a pasar canutas los múltiples especialistas en notas necrológicas. En general son unos cretinos bien intencionados que cuando se muere un torero aventuran que estará viendo desde un palco celeste hacer el paseíllo y cuando se muere un camarero, que era sin duda una buenísima persona, le estará sirviendo un café con leche y con sonrisa a su adicta clientela. También, en el caso de que fuera un cofrade, se supone que esté desfilando con su capirote y si era un brillante orador, que hablaba como los ángeles, que esté pronunciando un discurso para ellos, que nunca bostezan. Siempre nos han chantajeado con las postrimerías, pero lo que importa es lo pase aquí en la tierra. Al menos, de momento.