«Aquí no entrará ninguna máquina hasta que lo digamos nosotros»
Vecinos de La Cerradura impiden la colocación de unas tuberías ante el temor de que les hagan pagar las cuotas que plantea Urbanismo
Actualizado:Lo que se vivió ayer en la urbanización Rana Verde de Chiclana es difícil de explicar. Una treintena de vecinos, todos propietarios de alguna de las más de 140 viviendas ubicadas de los caminos La Cerradura 1 y 2, impidieron la entrada a la maquinaria y los operarios de las empresas adjudicatarias del proyecto para la colocación de tuberías de agua potable, pluviales y fecales.
Los ciudadanos se movilizaron bien temprano. Minutos antes de las ocho de la mañana ya se pertrechaban en el carril de su propiedad, donde tenían claro que no entraría «ninguna excavadora» hasta que ellos quieran. La causa que esgrimía el presidente y portavoz de este colectivo, Miguel Pérez Sastre, era que el Ayuntamiento no les había aclarado qué obras iban a acometer en sus calles.
«El Ayuntamiento está mintiendo. Los tubos que quieren meter aquí no son lógicos ni nos darán servicios a nosotros. Además, queremos que se nos garanticen una serie de condiciones y que se respete la decisión que tome la asamblea de vecinos que hemos convocado para el próximo sábado», aseguraba Pérez Sastre.
Ante esta oposición tan evidente de los propietarios de viviendas de la zona, el Ayuntamiento optó por una medida drástica y tiró de un notario, que se desplazó minutos después de las 9.30 horas de la mañana para levantar acta de que los vecinos no permitían la realización de los trabajos.
Negación y costes
Tras un prolongado intercambio de impresiones con los técnicos de Chiclana Natural desplazados hasta Rana Verde, los vecinos se mostraron satisfechos por haber impuesto su criterio pero, curiosamente, negaron en varias ocasiones haber paralizado las obras. «Nosotros no decimos que no a estas obras, pero lo que no vamos a consentir es que el Ayuntamiento actúe con nosotros de manera mafiosa, invadiendo una calle que es propiedad nuestra», decían.
El trasfondo de esta situación tiene, sin embargo, un acusado tufo político. Y es que detrás de lo ocurrido ayer está la lucha que llevan manteniendo varios meses la Plataforma de Vecinos Afectados por la Regularización con la Gerencia Municipal de Urbanismo, a causa de los costes que se plantea para el proceso de legalización de las viviendas irregulares.
Estas obras de saneamiento en Rana Verde forman parte de un proyecto global de más de 15 millones de euros de inversión, y tiene como objetivo dotar de infraestructura básica de agua potable y alcantarillado a esta zona semiurbana, compuesta por cientos de viviendas sin licencia.
Los vecinos disconformes temen que la colocación de las tuberías ahora, les obligue a pagar posteriormente «los costes elevadísimos que plantea Urbanismo».