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De la Vega tras reunirse ayer con los delegados del Gobierno. :: EFE
ESPAÑA

El presidente del Gobierno avisa a sus ministros que deberán cortar cabezas

El plan de austeridad conllevará la supresión de secretarías de Estado, subsecretarías, direcciones generales y otros altos cargos

PAULA DE LAS HERAS
WASHINGTON.Actualizado:

José Luis Rodríguez Zapatero prepara a su Gobierno para una medida traumática. El plan de austeridad de la Administración anunciado hace algo más de un mes incluirá, según fuentes gubernamentales, una criba de secretarios de Estado, subsecretarios, directores generales y otros altos cargos en la mayor parte de los ministerios. Estaba previsto que el recorte se aprobara este viernes en el Consejo de Ministros, pero las cosas van lentas pues no es fácil decidir qué cabezas se van a cortar. La decisión se ha pospuesto al Consejo del 30 de abril.

Si algo ha tenido siempre claro el jefe del Ejecutivo es que su decisión de 'meter la tijera' en el organigrama gubernamental para trasladar a Europa un mensaje de compromiso en la reducción del elevado déficit público, no conllevaría la desaparición de ministerio alguno, y así será. Era algo que se había exigido con machaconería durante meses desde la oposición y su negativa era ya una cuestión de principios, sobre todo, en casos como el de Igualdad o Vivienda, departamentos señeros del proyecto socialista.

Los ministros salvarán la cabeza, sí, pero ahora están obligados a tomar la desagradable decisión de quién, de entre los suyos, cae. Los números están hechos. El Ministerio de Economía remitió hace una semana a cada departamento una cifra con la aportación que se espera de cada una al objetivo final: el recorte en un 4% los gastos de personal para rebajar el déficit del 11,4% actual al 3% en 2013. Se trata, pues, de que los responsables políticos pongan al guarismo nombres y apellidos.

La cuestión es delicada por lo que puede tener de «drama humano». Por eso no se ha cumplido el plazo previsto. El plan de racionalización de la administración fue anunciado por Zapatero en el Congreso el 17 de febrero con el compromiso de aprobarlo antes de fin de marzo, pero se aplazó hasta la primera quincena de abril. Plazo que tampoco se cumplirá porque se volvió a retrasar hasta el 30 de abril, según anunció ayer la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega tras reunirse con los delegados del Gobierno en las comunidades autónomas.

Fuentes gubernamentales precisaron que aquellos de los 340 altos cargos de la Administración del Estado que caigan lo harán de manera fulminante, sin esperar a que termine -como se había especulado en algunos casos- el semestre de la presidencia de la UE.

Evitar duplicidades

Entre los ministerios que más claramente se verán afectados por la medida estaría, según las citadas fuentes, el de Asuntos Exteriores. La entrada en vigor del Tratado de Lisboa implica la creación de un nuevo servicio exterior europeo al que cada Estado aportará su cuota. El cambio puede conllevar duplicidades que se evitarán con una reestructuración del Ministerio confirmada ayer por su titular, Miguel Ángel Moratinos. Sus palabras desencadenaron una serie de especulaciones sobre la supresión de la Secretaría Estadio para la Unión Europea que detenta Diego López Garrido. Moratinos preguntado al respecto dejó abierta esa posibilidad y no la desmintió.

A última hora de la tarde, el Ministerio emitió un comunicado que trató de zanjar la cuestión, pero tampoco lo consiguió porque se limitó a decir que «no es cierto» que se haya planteado la eliminación de dicha Secretaría ya que el jefe de la diplomacia «no ha trasladado aún ninguna propuesta» de recorte a Economía. La utilización del adverbio aún alimentó más la rumorología porque no cierra la puerta a nada.

Pero los planes del Gobierno no se limitan a un recorte de personal, que en este caso afectará a los cargos de libre designación. La medida se suma a la decisión de reducir la oferta de empleo público y a otras iniciativas que implicarán la eliminación o reestructuración de empresas públicas.

El jefe del Ejecutivo ha optado así por una reestructuración técnica en lugar de hacer una crisis de Gobierno de calado político que, por otro lado, no habría sido bien entendida por la UE justo cuando ocupa la presidencia de turno.