La crisis echa por tierra la mitad de los proyectos de centros comerciales en Cádiz
De los 800.000 metros cuadrados destinados a grandes superficies, apenas se han puesto en uso 374.000
CÁDIZ. Actualizado: Guardar«El piso tiene dos dormitorios, salón amplio, cocina, un baño y terraza. Con vistas a las pistas deportivas. Son treinta millones si sumamos los gastos de IVA y notaría», relata la chica contratada por la constructora para dar salida a la última promoción. «Oiga, que la vivienda tiene sólo 52 metros cuadrados», advierte la joven que ha ido a visitar el piso piloto. Su novio, ni mu. «Pero está al lado del próximo centro comercial que abrirá en breve», le advierte la agente inmobiliaria.
La escena se repite casi a diario y, a veces, cuela. Efectivamente, la superficie comercial tiene autorización y un proyecto detrás, pero lo que no cuenta la agente es que seguirá congelada a la espera de tiempos mejores. Como conservados en nitrógeno líquido se encuentran la mitad de los grandes almacenes previstos en la provincia, la mayoría nuevos establecimientos de distribuidores que ya operan como Carrefour, Leroy Merlin o MediaMarkt. Ellos deberían de ocupar los más de 400.000 metros cuadrados que quedan libres de los 811.329 autorizados por la Junta. «No se dieron licencias al azar, todas fueron motivadas por una iniciativa privada coherente», recalcó ayer el delegado provincial de Turismo, Comercio y Deportes, José María Reguera, que aportó los datos.
La crisis ha lastrado los proyectos, «causando un gran parón en la apertura de nuevos establecimientos», reconoció. De hecho, la única inauguración prevista en los próximos dos años es la de Ikea y el conglomerado de tiendas auxiliares que incluye su proyecto. Todo lo demás seguirá desierto, al menos hasta 2012, según recoge el informe 'El mercado de los centros comerciales en España, situación actual, perspectivas y retos', que presentó ayer la constructora inmobiliaria Jones Lang LaSalle.
Liderazgo
La situación actual tira por tierra las expectativas de la provincia que, a pesar de todo, se mantiene entre las diez con mayor densidad comercial de todo el país. Lejos queda ya aquel boom de los grandes almacenes, que contribuían a poblar las nuevas zonas de expansión urbana. Los ejemplos más claros se encuentran en Jerez y El Puerto, donde se concedieron el mayor número de licencias. Entre los dos suman 17, de las que se han puesto en marcha 13.
En el resto de la Bahía quedaron descolgados cinco iniciativas y otras cuatro en el Campo de Gibraltar, donde se apostó fuerte por el ladrillo comercial a principios de los noventa, gracias al impulso de la industria. El interés de las grandes firmas por la provincia fue notorio y entre 2003 y 2007 se llegaron a asentar hasta siete conglomerados de establecimientos. A finales de 2006 se pobló el polígono Tres Caminos, de Puerto Real, un año después abrió Área Sur, con sus 47.800 metros cuadrados de superficie y el último, Las Dunas, que se inauguró en Sanlúcar en 2008.
Tal vez el optimismo por el nuevo establecimiento de la firma sueca anime al resto, pero el delegado provincial no lo ve probable. «No creo que la apertura de Ikea sea una causa-efecto, el principal problema está en la financiación y hasta que no superemos ese escollo, será complicado que salgan adelante otras iniciativas».
Nueva legislación
También hay que tener en cuenta el cambio de la normativa. Desde finales del año pasado, Andalucía adaptó su legislación a la directiva Bolkestein, a propuesta del Parlamento Europeo, que propone eliminar las trabas para la constitución de negocios. Eso supone, en el caso de los centros comerciales, que
sólo pueden ser rechazados por cuestiones medioambientales y no por impacto económico o poblacional. De hecho, a pesar del potencial para la instalación de negocios, la provincia continúa entre las que menor consumo realiza.
Pero la Junta sigue llamando a la cordura e insiste en que «no tiene sentido abrir grandes superficies donde no hay infraestructuras». ¿Qué quiere decir con eso? que se deben de abandonar las ideas cuando es necesario crear un nuevo acceso desde una autovía o llevar redes de suministros a lugares remotos. Eso conlleva más tiempo de espera, lo que, a la larga, perjudica al propio empresario.
Otra cuestión es el precio. La consultora inmobiliaria considera que a lo largo de este año se alcanzarán los niveles más bajos, lo que alienta a la inversión. Además, advierte de que, «a pesar de la débil situación del consumo y la expansión de los operadores, el número de inversores activos buscando producto en este sector sigue creciendo». Lo que insufla algo más de optimismo en medio del terror económico que se tiene a una gran inversión.