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Goles hasta en el vestuario
Romario confiesa en una entrevista haber mantenido relaciones sexuales en las instalaciones de Maracaná
Actualizado: GuardarEl ex futbolista Romario de Souza Faria, indiscutible 'crack' en disciplinas en principio tan incompatibles como el deporte de elite y la juerga nocturna, confesó ayer en una entrevista concedida al periódico brasileño 'O Globo' haber mantenido relaciones sexuales en el vestuario del estadio Maracaná. «Fue una sola vez, después de un partido en el que tuve que quedarme para la prueba antidopaje. Una novia que tenía por aquella época había venido a verme, y en el vestuario no quedaba nadie... así que aprovechamos». El ex internacional brasileño, genio crápula e ingobernable, famoso por haber marcado más de 1.000 goles pero también por su polémico comportamiento, no quiso precisar cuándo se produjo ese episodio, pero aclaró que entonces militaba en las filas del Vasco da Gama y que fue después de un partido contra el Corinthians.
'O Baixinho', que colecciona tres esposas, cinco hijos reconocidos y alguno más que le han intentado atribuir, aprovechó la entrevista para desmentir otras acusaciones sobre supuestas aventuras sexuales que en su época hicieron correr ríos de tinta en la prensa. Una de ellas aludía a una supuesta relación con una azafata antes de un partido de Brasil contra Uruguay, disputado en Montevideo durante una eliminatoria de clasificación para el Mundial del 2002. «Esas acusaciones fueron, entre otros motivos, la razón de que no me convocaran para el Mundial. La verdad es que no hubo nada de nada, aunque la azafata estaba riquísima», confesó sin despeinarse. Lo cierto es que Romario, «un jugador de dibujos animados», como lo describió Jorge Valdano, siempre fue tan rentable dentro de un campo de fútbol como rebelde e indisciplinado fuera de él. Un malabarista superdotado pero también vago, indisciplinado y egoísta. Sus regates complicaban la vida a los defensas rivales (Alkorta no olvidará nunca la cola de vaca que le hizo en el Camp Nou), y sus constantes salidas nocturnas traían de cabeza a sus entrenadores.
En 1999 fue despedido del Flamengo por organizar una velada romántica -a la que había invitado a seis mujeres y a ocho de sus compañeros de equipo- en una habitación del hotel donde estaban concentrados. Cuando los directivos del Flamengo le dieron la cuenta, Romario se limitó a reconocer que estaba «enganchado» a la noche y que su principal preocupación en la vida era bailar hasta la madrugada y dormir de día. «Si no salgo, no marco», llegó a decir, en su etapa como jugador del Valencia. La directiva, harta de que 'O Baixinho' llegara tarde a los entrenamientos o directamente no llegara, decidió pagar a un detective para vigilarle. Meses después, el huelebraguetas contratado por el club declaró que llegó a hacerse amigo del futbolista, y que, durante sus interminables noches juntos, era el brasileño quien pagaba las copas.
Porque, más allá de sus aventuras sexuales, Romario nunca fumó, bebió ni tomó drogas, aunque reconoce que éstas existen en el mundo del fútbol. A él lo que de verdad le ha gustado siempre son las mujeres. Y jugar al fútbol. Su leyenda acaba de hacerse aún más grande, hora que sabemos que es capaz de marcar goles incluso sin salir del vestuario.