ÉXITO DEL FÚTBOL DE ASOCIACIÓN

El Barça ha ganado en el Bernabéu por segundo año consecutivo por primera vez en su historia. Es lo que se esperaba si sopesamos quién es quién en cada equipo. Porque del conjunto de Pep Guardiola al de Pellegrini media un abismo grandísimo. Mientras los azulgrana practican un fútbol asociativo, donde todos se ofrecen con generosa entrega y su proyecto es tocar y tocar la pelota, mientras Xavi Hernández ejerce de sublime director de orquesta, quedó demostrado que cualquier centro del campo del Barça es mejor que cualquiera del Madrid. Dos envíos de Xavi propiciaron los goles de Messi y Pedrito. Y otras dos ocasiones de Messi solo ante Casillas fueron resueltas por el guardameta con acierto que si no. Por el contrario, los argumentos que sobre el campo expusieron los blancos fueron el individualismo exasperante, el juego ramplón y cavernícola así como una dureza extrema -el recurso de la impotencia- ya que ni Xabi Alonso ni Sergio Ramos debieron acabar el partido. Y Gago machacó a su compatriota Messi sin ver ninguna tarjeta. (Mejuto es así de mal árbitro). En suma, el juego que desplegó el equipo de Pellegrini fue impropio de un equipo de su categoría, de un equipo cuajado de estrellas que, una vez más, se estrellaron ante un rival de postín. (Sí, ya sé que ante equipos de menor fuste como Valladolid o Xerez apabullan). Florentino se gastó la friolera de 300 millones para ganarlo todo, y está a punto de acabar la temporada como el año pasado: triste y en blanco. Tras el 0-2, y a falta de varios partidos por disputarse, el Barça tiene media Liga en el bolsillo. Pero fútbol es fútbol y siete partidos pueden deparar sorpresas, y aunque está claro que el Barça tiene todas las de ganar, líder con tres puntos de ventaja y el 'goal average' a favor, no debería fiarse, que hasta la cola todo es toro.