Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
TRES MIL AÑOS Y UN DÍA

PACHECO A LOS 25 AÑOS DEL MURO DE BERTÍN

JUAN JOSÉ TÉLLEZ
Actualizado:

Cualquiera que asista al bochornoso espectáculo de ver al juez Baltasar Garzón sentándose en el banquillo de los acusados por intentar enjuiciar algunos crímenes del franquismo, podrá convenir que la justicia es un cachondeo. O lo parece. La frase, la pronunció Pedro Pacheco hace 25 años, como acaba de recordar ante las pantallas de TVE. En un reportaje emitido en la sección de efemérides del Telediario 1, Pacheco evocaba aquellos días de 1985 cuando la Audiencia Territorial de Sevilla suspendió la orden de demolición de un chalet que era propiedad del cantante Bertín Osborne, por haber sido construido en zona rústica no urbanizable.

La autoridad judicial competente no puso obstáculo, sin embargo, al derribo de otras 30 viviendas ilegales construidas en la zona de Torresoto pero que cobijaban a familias menos pudientes: «Estaba el runrún de que el Ayuntamiento no tendría valor de tirar las casas de los ricos. El drama de los pobres era ver cómo sus casas se derribaban y las de los ricos no», sintetiza ahora Pacheco ante las cámaras de dicha televisión pública. En su blog, el periodista José Contreras cuenta más o menos lo mismo pero con diferente acento: «Los derribos estaban a la orden del día en Jerez, y aquel listado de Urbanismo fue la pista perfecta y la excusa, una más de la época, de Pacheco para situarse al frente de la rebelión de los más débiles contra el señorito y las rancias familias de abolengo».

Pacheco fue más allá al presumir que existía connivencia entre los jueces y los abogados que defendían a Bertín Osborne, por lo que tuvo que enfrentarse a una condena inicial de seis años de inhabilitación de la que resultaría absuelto en 1988. Finalmente, el chalet de la discordia siguió en pie hasta que, en 1995 fue demolida una parte del mismo, la que se consideraba ilegal. El muro de Bertín cayó, pues, seis años después del de Berlín.

A Pacheco, este recordatorio le sobreviene justo cuando, tras un recurso de reforma, el juzgado de Instrucción número 3 de Jerez sigue pendiente de ratificar un auto dictado a principios del pasado mes de febrero en el que apreciaba indicios de delito en la contratación de Manuel Corbacho y José López como asesores en las empresas municipales Emusujesa y Speed Festival. El azar de nuevo: en estos días, la actual alcaldesa Pilar Sánchez ha decidido finalmente prescindir de la mayor parte de sus asesores en un ayuntamiento acuciado por las deudas y a punto del ERE improbable: el cese y vertiginosa restitución del concejal, rival y crítico Paco Benavent merecería un trabajo fin de carrera en Ciencias Políticas.

La pieza de TVE con Pacheco como protagonista concluía con el albur de que pudiera volver a la política y concurrir a las próximas municipales. Nadie piensa que pueda volver a la alcaldía pero quizá sus partidarios podrían convertirse en bisagra de un futuro gobierno como ya ocurriese en el pasado tras sus alianzas coyunturales con el Partido Popular y PSOE, donde él mantuvo una fuerte presencia a pesar de que la alcaldía recayese sucesivamente en María José García Pelayo y en Pilar Sánchez.

Desde hace unos meses, Pacheco parece estar en ello. A finales del pasado año, el Foro de Antikaria, que fuera fundado por Pedro Pacheco y por José López entre otros históricos andalucistas y militantes del PSA a los que dicha formación abrió expediente, daba a conoce su manifiesto. Rotos sus lazos con el PA y PSA, en cuyas aguas revueltas desde San Fernando a Vejer de la Frontera pesca el PP, el antiguo alcalde de Jerez piensa que este partido se ha inventado el «andalucismo españolista», por lo que parece claro que ni los conservadores estarían demasiado interesados en ficharle ni él aceptaría la ficha para saltar al césped con la camiseta del partido de las gaviotas. Por no hablar de la creciente presencia en las encuestas de Unidad Progreso y Democracia, de Rosa Díez, que también ha reclutado a antiguos andalucistas para sus filas.

«Existe un espacio andalucista, no sólo cultural y teórico sino también político; este espacio hasta ahora ha sido derrochado y ocupado en su gran mayoría por otras opciones, pero sigue estando ahí a la espera de una oferta lo suficientemente atractiva -se decía en dicho manifiesto-. Y este es el principal escollo, crear una nueva plataforma política no es nada fácil, sino todo lo contrario. La marca PA ha quedado dilapidada para muchos años y otras marcas no han sido capaces de crear suficientes expectativas por lo tanto cualquier creación debe ser ex novo, con gente, ideas y planteamientos nuevos, y también con líderes sólidos aunque sean desconocidos. Hay que contar con personas con capacidad de comunicación y de convicción que aporten frescura al viejo andalucismo y ayuden a impulsar el nuevo andalucismo». ¿Querría este último párrafo decir que Pacheco se avendría a quedar en la trastienda? El último argumento del manifiesto es más ambiguo en ese sentido: «Esto no quiere decir que los antiguos líderes queden relegados, es fundamental su apoyo explicito y su colaboración activa en todos lo sentidos, pero siempre englobados en un nuevo proyecto rompedor con todo lo anterior». «Nuestra única oportunidad es reinventarnos para conseguir ser una alternativa al bipartidismo. Andalucía nos necesita, los andaluces y andaluzas nos necesitan,... el problema es que no lo saben», concluía dicho documento, jocosa o dramáticamente, según se mire.