¿Cuestión de crisis o de imagen?
La negociación de los partidos sobre medidas contra la recesión se atisba con resultado incierto
Actualizado:Los grupos políticos tienen esta próxima semana una nueva cita para negociar con la Junta un paquete de medidas contra la crisis económica. Llega la hora de la verdad y todas las partes, Gobierno y oposición, deberán despejar qué quieren ceder para arrimar el hombro, frase que unos y otros pronuncian una y otra vez, pero que siempre se ha quedado en intención vana. El consejero Antonio Ávila será quien recoja el testigo de la negociación a su compañera Carmen Martínez Aguayo. Como nuevo consejero económico, lidiará con los representantes del PP y de IU sobre un documento final que contente a todos. A Ávila, más técnico que político, se le plantea una tarea ardua, pero no estará sólo. En las conversaciones también estará el nuevo portavoz socialista, Mario Jiménez, con un perfil más político. El segundo cuenta con el aliciente de haber fraguado esta semana junto a Velasco un acuerdo con el PP en el Parlamento para reclamar a la Junta una redifinición de las empresas públicas. Este acuerdo se ha interpretado como una señal de que podría ser posible un pacto con el PP. El Gobierno tiene especial interés en que, al menos, se logre con Izquierda Unida. Por ello, ha introducido en el borrador algunas de las iniciativas que reclama IU, como un plan para luchar contra el fraude fiscal. Por lo pronto, este borrador con 53 medidas sobre las que hablar no ha contentado ni al PP ni a IU, que ven más de lo mismo, es decir, lo que ya anunció Griñán en febrero, bajar algunos impuestos, subir otros y planes que incentiven el empleo de los jóvenes. La negociación se presenta con resultado incierto. No obstante, haya acuerdo o no, las medidas del documento se aplicarán, ya que el PSOE cuenta con mayoría absoluta. Un fracaso en la negociación, sin embargo, puede entenderse que se trataba sólo de una operación de maquillaje, de un interés de los partidos por mejorar la imagen ante los ciudadanos. Pero aunque fuera sólo por eso, es un interés que no debería ser baladí. En tiempos inestables la unidad genera confianza.