GOROSITO
Actualizado: GuardarIndependientemente de lo que ocurra hoy ante el Getafe, un rival ante el que seguimos sin tener margen de error en esa lucha por el sueño imposible que a muchos nos sigue pareciendo la permanencia en Primera, el fichaje de Néstor Raúl Gorosito ha sido todo un acierto.
Los números así lo avalan, pero también la opinión unánime de un vestuario que se encontró hundido y al que ha logrado devolver la autoestima.
El éxito del «efecto Gorosito» hay que situarlo en la fe de este entrenador argentino que un buen día decidió liarse la manta a la cabeza y abandonar una ascendente trayectoria en los banquillos de su país para cruzar el charco y enrolarse en el entonces peor colista del viejo continente.
Tres meses después, la reacción del equipo es incontestable. Aunque parte del trabajo sucio se lo encontró hecho, porque tampoco es cuestión de elevar a los altares al 'Pipo' y demonizar al 'Cuco', al que también hay que reconocerle el mérito de no haber desentonado en cuanto a juego (sí atendiendo a los números) tras una planificación impropia de la mejor liga del mundo, pero que se estilaba mucho en la última época de Joaquín Morales.
El mayor mérito de Néstor Raúl Gorosito es que nunca perdió la esperanza y confió a muerte en los suyos, como cuando recurrió a la lisonja para asegurar que había plantilla para estar del ocho para arriba.
Ello le valió el sarcasmo y la burla de la España futbolística, que ahora, incrédula, echa las cuentas y comprueba que se equivocó por poco.
Todo esto ha hecho del vestuario esa piña que se perdió tras la marcha de Esteban Vigo, pero que vuelve a optar, por tercer año consecutivo, a un nuevo «milagro». Esta vez, el más difícil todavía. Pase lo que pase, el 'Pipo' ya ha triunfado.