Cantes de Cádiz con compás de mujer
Actualizado: GuardarDos formas cómplices a la hora de entender los cantes de Cádiz dialogaron anoche sobre el escenario del Gran Teatro Falla. Suponen, en esencia, un relevo generacional: de entre las voces femeninas de los cantes gaditanos de hoy con registro sonoro, el mundo empieza en Mariana Cornejo y termina en Encarnita Anillo. De por medio, otras artistas de enorme calibre como Carmen de la Jara, por supuesto.
¿Qué es el flamenco?, suele preguntarse. «El flamenco es lo que hacen los flamencos», respondió hace un mundo José Luis Ortiz Nuevo. Así que Mariana –generosa, vitalista pero precisa en el decir del cante– lo ha hecho todo y siempre ha sido flamenca a la hora de hacerlo, desde cuando anunciaba un detergente en televisión hasta ahora que participa semanalmente en la tertulia de ‘El Público’, de Jesús Vigorra, en Canal Sur Radio. Pero lo mejor que ha hecho ha sido cantar y no sólo por cantiñas, a las que de la mano de Antonio Murciano rindió un completísimo homenaje en forma de disco en donde llegaba a interpretar majestuosamente un larguísimo repertorio en el que cabían, incluso, variedades intuidas más que confirmadas.
El flamenco gaditano, sin embargo, no sólo se mueve a compás de alegrías, sino que lo hace a través de todos los palos, destacando especialmente por bulerías, soleares y tangos. Su repertorio sabe mucho de todo ello, bajo el magisterio de Aurelio Sellé, que quiso llevársela a triunfar en Madrid, y el de su tío Canalejas de Puerto Real, cuyas históricas chuflillas reproduce con la meticulosidad del microsurco y la guasa de la calle. Claro que todo no son fiestas y ella sabe templar la soleá y la seguiriya, con una voz tan fresca como madura.
Y ese es el perfil de Encarnita Anillo, una joven cantaora de apenas 26 años, pero que lleva desde niña peleando en el escenario, como demuestran sus discos –debutó en CD con ‘Barcas de plata’ (2007)– o su comparecencia, en sesiones alternas con Carmen Linares, en el espectáculo ‘Poeta en Nueva York’, de Blanca Li, en los jardines de El Generalife, en Granada, durante dos veranos.
Una y otra ya coincidieron en Zaragoza durante el pasado mes de febrero y, a finales de marzo, en el Teatro Central de Sevilla, dibujando un completísimo mapa del flamenco gaditano. Anoche, en el Falla, pretendían buscar el encuentro entre ambas calidades tonales y vivenciales. Pero dando por sentada su fuerte personalidad respectiva: Encarnita, viajera por los rumbos del flamenco globalizado, también le guiña en su repertorio a Triana y a Córdoba, pero también a Pepe Marchena y a Antonio Chacón, aunque sin olvidar a La Perla. Como fin de fiesta, a pachas, la bulería. Pero como balance de esta nueva cita de ‘Flamenco viene del sur’, auspiciada por la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco, sólo cabe celebrar el hecho de que el flamenco gaditano no sólo tenga garantizado su continuidad, sino que atraviese una brillante resurrección.